miércoles, 5 de octubre de 2011

El método 5S y la productividad personal

 
 

Enviado por Fon a través de Google Reader:

 
 

vía El Gachupas de Jero Sánchez el 11/09/11

El método 5S y la productividad personal

Muchas de las cosas de las que hablo en este blog no son nada nuevo. Tanto la productividad personal como GTD están impregnados de conceptos e ideas que tienen ya mucho años. Una de ellas es el método 5S, una técnica de gestión japonesa para mejorar la organización y la productividad de los empleados en los puestos de trabajo.

Ideada por la empresa Toyota en los años 1960, el método ha demostrado ser muy efectivo en muchísimas empresas alrededor de todo el mundo. El nombre viene de la primera letra de las cinco etapas necesarias para ponerlo en práctica, cada una enfocada a la consecución de una serie de objetivos. Aunque 5S está pensado para ser aplicado en las empresas, su aplicación a título personal es, sin duda, un excelente complemento para mejorar nuestra productividad personal.

5S propone ejecutar cada etapa en orden, pero en realidad de lo que se trata es de desarrollar una serie de hábitos de trabajo. Dichos hábitos deben ser puestos en práctica permanentemente como un todo integrado, de forma automática. Seguir el orden propuesto por 5S quizá ayude a desarrollarlos, pero no debemos perder de vista que todos deben funcionar simultáneamente.

Seiri (Clasificacion)

También conocida como separar innecesarios, durante esta fase se hace una reducción del número de objetos que utilizamos para trabajar, de manera que solo tengamos a mano aquellos que se usamos frecuentemente. Es necesario agrupar cada objeto físico según su frecuencia de uso, más lejos cuanto menos se use, hasta el punto de tener que deshacernos –vender, regalar o tirar– todo aquello que no hemos utilizado en más de un año.

Esta primera etapa consiste en aplicar un poco de minimalismo a nuestro entorno. La falta de clasificación y un lugar de trabajo atestado de objetos innecesarios es la receta ideal para la distracción permanente. El "seiri" nos ayudará a crear un ambiente agradable, relajante, que nos invite a trabajar enfocados en lo que tenemos entre manos –incluso en el escritorio virtual de nuestros ordenadores–.

Seiton (Orden)

No es otra cosa que aplicar el lema "un lugar para cada cosa, y cada cosa en su lugar". Una vez determinado qué objetos son los que utilizamos más frecuentemente, hay que situarlos lo más cerca posible de nosotros, en lugares que resulten obvios, a ser posible por orden de utilización y según un estándar definido de antemano. Ello facilitará el acceso casi automático a cualquier cosa que necesitemos.

Uno de los hábitos más complicados de adquirir a la hora de aplicar GTD es el de archivar inmediatamente el material de referencia, ya sea físico o virtual. Generalmente esto se debe a la falta de una idea clara de qué hacer con cada tipo de documento. Gracias a un buen "seiton" –especialmente en lo relativo a la estandarización–, será posible archivar casi a ciegas y automáticamente cualquier cosa.

Seiso (limpieza)

Con un lugar ordenado es mucho más fácil limpiar y eliminar las fuentes de suciedad de nuestro entorno, asegurando que todos los objetos que utilizamos están en perfecto estado operativo.

Puede resultar difícil ver la relación del "seiso" con nuestra productividad personal, pero la verdad es que puede impactar mucho más de lo que imaginamos. La suciedad lleva generalmente al mal funcionamiento de las cosas, y ello hará que perdamos tiempo –ya sea porque hace nuestro trabajo más lento, o porque tengamos que emplearlo en arreglar el problema–. Y eso por no hablar del efecto psicológico negativo que tiene trabajar en un entorno sucio.

Seiketsu (estandarización)

Mediante el desarrollo de estándares debemos ser capaces de detectar situaciones anómalas o irregulares, y corregirlas de inmediato. Además, aplicando estándares es posible mantener un cierto nivel de calidad del trabajo, en el sentido de poder predecir el resultado para cada proceso que hagamos de manera periódica.

Para un trabajador del conocimiento, donde gran parte del valor que aporta tiene que ver con utilizar la intuición y la creatividad, la aplicación del "seiketsu" puede no ser tan importante. Aún así, incluso el profesional del conocimiento sigue teniendo tareas repetitivas que pueden beneficiarse de la estandarización. Un ejemplo claro son las distintas actividades en la gestión de proyectos, como la comunicación de avances, la contratación de proveedores o la presentación de información.

Shitsuke (mantenimiento de la disciplina)

No es otra cosa que la mejora continua. La idea es no conformarse con los estándares definidos en el "seiso", "seiton" y "seiketsu", sino mejorarlos continuamente en función de nuestras nuevas necesidades, el surgimientos de nuevas mejores prácticas, la experiencia adquirida, etc.

Establecer ciclos PDCA –planificar, hacer, verificar y actuar–, nos permite pulir nuestro sistema productivo y el resultado de nuestro trabajo. Al mismo tiempo, evita que caigamos en algunas trampas comunes, como por ejemplo la de estar continuamente cambiando nuestro software de gestión de tareas. Solo cuando algún proceso, estándar o herramienta demuestre una deficiencia seria, estará justificada la inversión de tiempo para cambiarlo o mejorarlo.

Y tú, ¿aplicas el método 5S a tu trabajo? ¿Cuál es tu experiencia? Compártela con nosotros en un comentario.

Artículo original escrito por Jero Sánchez. Sígueme en Twitter.

Foto por Jero Sánchez (via Flickr)

 
 

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miércoles, 7 de septiembre de 2011

Visualización y procrastinación

 
 

Enviado por Fon a través de Google Reader:

 
 

vía El Gachupas de Jero Sánchez el 4/09/11

Visualización y procrastinación

Hace unos días hablaba del coste de oportunidad productivo como un concepto útil a la hora de reducir la procrastinación, o retraso sistemático de las tareas importantes que sabemos que debemos hacer. Algunos de vosotros decía en los comentarios que el concepto como tal estaba muy bien, pero que resultaba muy complicado utilizarlo en la práctica.

No nos engañemos: todos sabemos cuando estamos procrastinando –esa sensación de "debería estar haciendo alguna de las cosas importantes que tengo pendientes" es inconfundible. Nos sentimos así porque cobramos consciencia de los efectos negativos que puede traernos el no hacerlo. Nos sentimos mal con nosotros mismos, y sin embargo seguimos cayendo en la procrastinación.

Creo que el motivo por el que procrastinamos, incluso sabiendo las consecuencias negativas que puede tener para nosotros, es muy similar a la causa por la que a muchas personas les cuesta tanto trabajo abandonar malos hábitos. Está comprobado que es muy difícil eliminar un hábito negativo trabajando solo en cambiar dicho hábito. Por el contrario, necesitamos sustituir el hábito negativo por otro positivo, y enfocarnos en adquirir este último –no en abandonar el primero.

La razón por la que este mecanismo funciona es porque trabajamos mejor cuando nos enfocamos en algo agradable o deseable, que cuando tenemos la presión de que algo malo puede sucedernos si no lo hacemos.

Aprovechando este principio psicológico, desde hace un tiempo aplico una técnica que me ha funcionado muy bien para recuperar el enfoque siempre que lo necesito. Utilizo lo que yo llamo la visualización del costo de oportunidad de la procrastinación.

La idea es muy sencilla. Cuando me doy cuenta de que estoy desmotivado para hacer lo que sé que debería estar haciendo, me tomo 2 minutos de descanso para imaginarme a mi mismo disfrutando de los beneficios de haberla completado –el beneficio que me proporciona la tarea pospuesta es lo que estoy dejando de obtener, o sea, el coste de oportunidad de procrastinar la tarea. Esto es muy importante: no me centro en las consecuencias negativas de no hacerlo, sino en lo que conseguiré cuando lo haya hecho.

Transcurridos esos 2 minutos de "obligada" visualización, casi siempre mi motivación regresa fuerte y clara. De repente la tarea procrastinada cobra interés, y me resulta casi natural dejar de hacer lo que estoy haciendo –generalmente una tarea de bajo valor–, y ponerme inmediatamente con lo que debo hacer.

A veces –afortunadamente son muy pocas–, incluso la visualización más vívida no impide que siga procrastinando una tarea. En esos casos me tomo un descanso un poco más largo para plantearme si la tarea a la que estoy dando largas es realmente tan importante como creo –quizá se trate de algo que se supone que debo hacer, pero que en realidad es importante para otros, no para mi–. Otras veces me doy cuenta de que no he identificado correctamente su verdadero valor –encontrar un valor motivador al hecho de pagar los impuestos no siempre es sencillo ;-)

La visualización me ayuda no solo a centrarme en lo importante, sino a identificar cosas que pensaba que eran importantes, pero que en realidad no lo son.

Y tú, ¿has utilizado la visualización de alguna otra manera para mejorar la productividad? Cuéntanos los detalles en un comentario y compártelo con nosotros.

Artículo original escrito por Jero Sánchez. Sígueme en Twitter.

Foto por Anónimo (via Flickr)

 
 

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miércoles, 3 de agosto de 2011

De SimpleProductivityBlog: 5, 10 and 15 Minute Decluttering

(Traducción libre) http://www.simpleproductivityblog.com/5-10-and-15-minute-decluttering-2/


5 Minutos
Limpie su cartera. Deshacerse de los viejos recibos, cupones de vencimiento, tarjetas de visita e imágenes anticuadas. 
Considerar la posibilidad de tarjetas de club y de la pertenencia a un titular por separado.Limpie su taza de corral. Ya sea en oficina o en casa, ir a través de su escondite. Deshazte de todo lo que no va a escribir. O cualquier cosa que no va a usar (como la pluma con tinta de color amarillo)Purga de los calcetines. Ir pesar de que su cajón de los calcetines y tirar todo lo que tiene que ser mixta. No mantener las cosas con agujeros o sin pareja.Limpie el lugar donde esconder comida para llevar golosinas. Dondequiera que usted los mantenga, deshacerse de los menús de edad, palillos, tenedores de plástico y paquetes de condimentos.Purga de sus revistas. Si usted tiene más de tres temas no leídos de una revista, reciclar los viejos. Seamos realistas, si no ha llegado a que en tres meses, usted probablemente no va a llegar a ella en absoluto.Limpie su mesita de noche. Deshacerse de la basura, se secó las lociones, lápices rotos y libros que ha tenido la intención de llegar.10 Minutos Decluttering
Limpie la consola central en su coche. Eliminar el cambio, envolturas, recibos y cualquier otra cosa que se ha acumulado allí (zapatos de Barbie? Plastilina? Me encantaría escuchar lo que la gente a encontrar).Ir tras el fregadero de la cocina. Quite cualquier cosa de todo el fregadero que usted no usa todos los días.Purga un estante del baño. Elija una superficie plana y limpia hacia fuera. Esto puede ser un trabajo de cinco minutos, pero si tienes tiempo extra, poner las cosas cuidadosamente después de limpiarse hacia abajo.Limpiar un cajón de la ropa. Deshazte de todo lo que no portátil debido a su estado, o porque no les gusta más.Utensilios de purga. Juro que mi cocina espátulas razas. Deshazte de todo lo que es, obviamente, demasiado gastadas o rotas. Quite cualquier cosa que usted no ha utilizado. Eliminar la mayor cantidad posible de duplicados.Purga de sus medios de comunicación. Si usted tiene un CD o DVD (o VHS!) O para juegos de vídeo que no utilice más limpia hacia fuera! (Por favor, recuerde que es una violación de la ley de derechos de autor si se deshace de los medios de comunicación originales y el uso de una copia que ha hecho ... si todavía lo utilizan, se aferran a los medios de comunicación original)15 Minutos Decluttering
Limpie su armario de las medicinas. Cualquier cosa que esté vencido o no de uso tiene que ir. Comuníquese con su farmacia local para un programa de recuperación, o contacte a su ubicación de materiales peligrosos para dejar a las instrucciones. No deseche medicamentos viejos!Purgar y limpiar un estante del refrigerador. Limpieza del refrigerador puede ser una tarea desalentadora. Hacer un estante, tirando todo lo que fuera, limpiando hacia abajo y deshacerse de antiguas utilizadas cosas. Usted se sorprenderá de la diferencia.De-gunk la guantera. Creo que los mapas deben reproducirse también. Purga de mapas obsoletos y duplicados. Asegúrese de que su registro y prueba de seguro es muy útil y actualizada.Purga debajo de un fregadero. Debajo del fregadero armarios convertido en un vertedero para todo tipo de cosas. Limpie el suyo fuera.Gadgets sin usar la cocina. Los gadgets son divertido y fresco, pero a menos que se aproveche de ellas con regularidad, de deshacerse de ellos. El preparador de sándwiches a la parrilla parecía fresco a la vez, pero lo utiliza tal vez tres veces? Lo mismo ocurre con la freidora. A cabo van!Purgar el plástico. Los recipientes de plástico crecer tapas extra, que luego consumen otros recipientes de plástico. 
Fósforo encima de lo que tiene y deshacerse del resto.Ordenando no tiene que ser de forma aplastante. Escoja un lugar pequeño y despejen su vida. Constantemente ordenando áreas pequeñas, lo hacemos a largo plazo un gran avance.


De ZenHabits: Trucos para ser más felices y productivos


  1. Levantarse temprano
  2. Hacer menos. Hacer más lo esencial e importante
  3. Slow-down. Cada cosa requiere su tiempo, no correr
  4. Practicar la paciencia
  5. Encuentra lo que te apasiona y practicalo
  6. Adelgaza (siempre manteniéndote en tu peso)
  7. Haz ejercicio
  8. Come sano
  9. Medita
  10. Mantente organizado
  11. Piensa positivamente
  12. Simplifica tus finanzas
  13. Simplifica tu vida cotidiana
  14. Acepta lo que tienes
  15. Establece obketivos y metas a largo plazo
  16. Revisa tus objetivos periodicamente
  17. Planifica tus grandes tareas, al menos semanalmente
  18. Crear rutinas para la mañana y para la tarde
  19. Eliminar los débitos (tarjetas) o reducirlas al mínimo
  20. Disfruta de los pequeños placeres
  21. Vacía tu bandeja de entrada y despeja tu mente
  22. Crear un fondo de emergencias (depósito mensual)
  23. Llevar un diario (al menos en el trabajo)
  24. Lee y leele a tus hijos
  25. Crear sistemas sencillos
  26. Tomate un tiempo para desestresarte
  27. Vive el presente. El tiempo pasa rápido
  28. Pasa más tiempo con tu familia
  29. No te compares con los demás. Es la mejor forma de aceptarte
  30. Focaliza en los beneficios, no en las dificultades
  31. Tareas únicas, no a la multitarea
  32. Empieza despacio y por lo pequeño
  33. Ayuda a los demas

martes, 2 de agosto de 2011

Apuntes Sobre Jobs.

Enviado por Fon a través de Google Reader:

vía SINERGIZAR de Carlos el 2/08/11




  • Pasión por lo que haces. Probablemente Steve no era el ser mas brillante en cuanto a "hacer cosas" pero su obsesión casi enfermiza por sacar adelante sus visiones, impregnaba a los genios que lo rodeaban a esforzarse mas allá de sus capacidades y cuando veían los resultados no les importaba el esfuerzo; valió la pena.
  • El éxito esta en los detalles. Existe un refrán popular que dice "la diferencia esta en los detalles" y Steve lo ha logrado llevar a otro nivel junto con jonathan ive a tal grado que la gente asocia la "felicidad" con sus productos.
  • Reconocer a la gente. La gente es sumamente importante y sentir que hacen un gran trabajo los hace mejorar; Steve demostraba esto gracias a pequeños gestos como el correo que le escribió a uno de los gerentes de sus tiendas por que había hecho un gran trabajo con un cliente.
  • Crear cultura de equipo. Jay contaba en el libro "Steve era el maestro en convertir el cliché de la construcción de equipo en un arte. El trataba a las reuniones de equipo como una experiencia total, como un elemento esencial de la creación del producto. Motivaba en las reuniones a la discusión abierta."
  • Celebrar con tu gente los logros y los éxitos. Steve celebraba cada pequeño logro significativo junto con la gente, como cuentan en el libro cuando mejoraron el proceso de embarque de sus productos metiendo a Steve en una caja mandaron a traer pizza y bebidas y celebraron justo allí.

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jueves, 28 de julio de 2011

Los 20 primeros minutos

- Define cuál es tu prioridad nº 1 para el día
- Actualiza el sistema de seguimiento GTD
- Revisa tu agenda para hoy
- Planifica los temas a tratar en cada reunión
- Ver la agenda del resto de la semana

Razones por las que apuntar cosas

No recuerdo dónde lo leí, con lo que no seguí los consejos -no apunté la referencia-; me autoflagelo :-)

- Los objetivos en "escrito" los hacen más importante. Ayuda a reafirmarte en el objetivo.
- Descarga tu RAM cerebral
- Facilita el registro de lo que estabas pensando
- Puedes revisar tus apuntes y comparar las nuevas compresiones que has adquirido
- Mejora el enfoque a largo plazo de lo que es importante



martes, 26 de julio de 2011

Reuniones

Enviado por Fon a través de Google Reader:

vía Marca la diferencia de Ruben el 25/07/11

Cuando analizamos el tiempo que dedicamos a reunirnos, hay cuatro criterios  que no deberíamos perder de vista:
1. Optimizar el número de reuniones.
Una reunión tiene un elevadísimo coste para la organización ya que hay que multiplicarlo por el número de asistentes. Optimizar el tiempo invertido en reuniones es un elemento de ahorro y de aumento de la productividad y, en consecuencia, de aumento del beneficio empresarial.
2. Optimizar la duración de las reuniones.
Reuniones que superen los noventa minutos se han demostrado altamente inefectivas ya que la atención de los asistentes decae hasta un límite que convierte la reunión en improductiva. Si no tienes más remedio que superar los noventa minutos de duración, planea descansos de diez minutos.
3. Optimizar el número de asistentes a la reunión.
Como organizador pregúntate a quién vas a convocar y el motivo. Si una persona no es crítica para la reunión convócale en opcional o limítate a informarle de que se va a celebrar la reunión y a quién de su departamento has convocado explicándole los motivos de tu elección. Un asistente a una reunión que no debería estar en la misma es un peligro para el desarrollo de la misma ya que podría intentar justificar su presencia con intervenciones que dinamitarán la mismo. Esto aplica especialmente a los "jefes".
4. Documentar las conclusiones y fijar las acciones a llevar a cabo.
La redacción del acta de reunión es fundamental. Y debe recoger dos cosas: los acuerdos y las acciones pendientes. Lo demás es accesorio. De hecho si en lugar de un acta escribimos una novela el resultado será que no la leerá nadie. Un acta debe ser, ante todo, una herramienta y no una obligación que se convierta en papel mojado.
Desde el punto de vista del organizador de la reunión, he construido un pequeño guión que recoge los criterios citados. Para ello he dividido la labor de organización de la reunión en tres momentos en el tiempo: antes, durante y tras la reunión.
a) Antes de la reunión.
a.1 – Definir el propósito de la reunión. ¿Hay alternativas a la reunión?
Es fundamental llegar a la conclusión razonada de que la reunión es "inevitable". Si algo se puede resolver por teléfono o correo o con una breve visita a uno o más de los asistentes es que la reunión no es necesaria. Evítala a toda costa.
a.2 – Revisar las acciones pendientes de la anterior reunión.
Si la reunión es de tipo "seguimiento" y tiene una periodicidad es fundamental que cuando te pongas a planificar la siguiente tengas en cuenta las acciones pendientes del grupo. Un breve repaso debería ser suficiente ya que dichas acciones deberían haber formado parte de tu sistema GTD al terminar la anterior y deberían estar siendo perseguidas desde ese momento.
No obstante, se hace necesario un "balance de situación".
a.3 – Elaborar el orden del día.
Un orden del día se compone básicamente de:
- Los puntos a tratar en la reunión.
- La persona que expondrá cada unos de esos puntos.
- El tiempo dedicado a cada punto.
No hay que hacer nada muy sofisticado, todo el mundo sabe hacer una tabla de tres columnas.
Personalmente acostumbro a incluir el orden del día en la propia convocatoria de la reunión junto con las acciones pendientes de la anterior reunión si las hay.
Es muy conveniente incluir en el orden del día diez o quince minutos al final del mismo para cerrar conclusiones y acciones pendientes.
Si soy el responsable de redactar el acta de la reunión (algo normal en el convocante) me suelo reservar un tiempo en mi calendario para redactar la misma ya desde este preciso instante. Habitualmente basta con una media hora ya que se tratará de pasar a limpio las notas que he tomado en la reunión, especialmente en esos quince últimos minutos.
a.4 – Decidir quiénes asistirán y quiénes estarán en copia del acta.
Ya lo hemos anticipado antes. Es crucial diferenciar quién tiene que aportar algo en la reunión de quién tiene simplemente que estar informado de los resultados de la misma.
a.5 Enviar el material anexo a la convocatoria y con antelación suficiente.
Si vas a discutir un informe adjúntalo en la convocatoria. Ya hemos dicho que el orden del día y las acciones pendientes forman parte también de la misma.
El plazo con el que convoques una reunión es crítico ya que tiene unos umbrales que no debemos superar. La antelación mínima son 24h. Tampoco conviene convocar con demasiada antelación ya que provocarás que los asistentes se olviden de la reunión hasta el último momento. Al final acabarán leyéndose el informe en el camino a la reunión.
Te aconsejo que no imprimas el material y lo repartas en la reunión. Es responsabilidad de los asistentes la lectura y preparación del mismo.
b) Durante la reunión.
b.1 – Cuidar la puntualidad.
Lo primero es que tú como organizador llegues siempre con antelación. Si el organizador no da ejemplo, mal empezamos. Si necesitas preparar un cañón de proyección, el portátil o lo que fuera no lo hagas durante el tiempo de la propia reunión. Si comienzas alterando el orden del día por tu propia ineficiencia es muy probable que la reunión acabe siendo un desastre.
Por otro lado es conveniente establecer un tiempo máximo de espera. Si transcurrido ese periodo no están los asistentes necesarios cancela la reunión.
No siempre es tan sencillo; a veces la sala está ocupada por jefes o personal visitante o la que llega tarde es el gerente de tu empresa…No te cortes y, educadamente, recrimina a quien sea su informalidad.  ¿Para qué sirve un sistema de reservas si nadie lo cumple? ¿Para que preparas una reunión si va a ser dinamitada por una endémica falta de organización (que linda con la falta de respeto)? ¡Lucha por lo tuyo!
b.2- Mantener el orden del día.
El organizador de la reunión, durante la misma, debe convertirse en el moderador de la misma su principal objetivo es que la reunión sea útil. Eso supone:
- Tratar todos los puntos previstos.
- Acordar conclusiones por parte del grupo.
- Determinar las acciones a llevar a cabo.
Es conveniente limitar el nº de portátiles, PDAs, etc para evitar distracciones. Lo ideal es que sólo exista el portátil del organizador o de quién este redactando el acta (se puede hacer durante la propia reunión si tienes la práctica suficiente).
c) Tras la reunión.
c.1 – Elaborar el acta de la reunión.
Normalmente las empresas utilizan plantillas de actas de reunión. Se trata de pasar a limpio tus notas de reunión sobre este elemento.
A fuerza de ser pesado, céntrate en dos elementos: las decisiones tomadas y las acciones a llevar a cabo.
Si como te decía en el punto a.3 te has reservado un tiempo para la redacción del acta estarás haciendo esto prácticamente acabada la reunión. Demorar esta labor burocrática (algo muy frecuente) conlleva que para cuando seamos capaces de enviar el acta ya no tenga ninguna utilidad la información contenida en la misma.
Incluye las acciones a llevar a cabo en tu sistema GTD y síguelas. Dales vida ya mismo.
c.2) Enviar el acta.
Envía el acta a todos los que así lo hayas determinado en el punto a.4.
 Organizar reuniones y ser capaz de llevarlas a buen puerto es todo un pequeño arte. Espero que el material aquí citado te ayude en este cometido.

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martes, 5 de julio de 2011

ThinkWasabi: Mi fórmula para hacer bien las “Tareas Elefante”

Enviado por Fon a través de Google Reader:

vía ThinkWasabi de Berto Pena el 4/07/11

¿Alguna vez te ha tocado una tarea que te ha llevado varias horas, toda la mañana o incluso todo un día? Esas tareas de gran tamaño, las "Tareas Elefante", son muy especiales y suponen todo un reto en tu trabajo. En realidad son tareas con trampa, porque encierran a su vez otras muchas tareas que hay que saber entender, planificar y hacer en el mejor momento.
Recientemente traté las Tareas Elefante en mi Curso de Productividad Online. Y me apetecía escribir sobre ellas en el blog, para todo el mundo. Porque todos tenemos que hacerlas en algún momento, y porque creemos (erróneamente) que son "tareas". Cuando en realidad son miniproyectos. Comparto contigo un puñado de ideas que, tal vez, puedan ayudarte la próxima vez que te enfrentes a una tarea que te llevará unas cuantas horas.

Haz un análisis en papel

Los Mapas Mentales son un recurso muy eficaz cuando quieres estudiar, comprender y organizar el volumen de trabajo que tienes por delante. Tomar una hoja de papel y un lápiz y trazar un mapa mental no te llevará más de 3-5 minutos y este primer paso te ayudará a que los siguientes vayan en la dirección correcta.
Yo, cuando me molesto en dibujar este pequeño diagrama lo hago mejor. Pero mucho mejor. Y al contrario, cuando intento analizar estas tareas y despiezarlas mentalmente, suelo calcular mal y la cago. Porque mentalmente no alcanzo a ver todo el trabajo en conjunto y entender bien todo lo que hay por delante.

Divide y Trocea en partes

En el blog he escrito sobre la fabulosa Técnica de Dividir y Trocear. Si hay un momento bueno para desempolvarla y ponerla en práctica, es a la hora de enfrentarte a una Tarea Elefante.
El hecho (previo) de haber representado visualmente, sobre el papel o una pizarra, todo el trabajo que hay por delante, te ayudará una barbaridad a trocear, dividir y despiezar esa gran tarea en otras muchas. Así que, como si en tu mano tuvieras unas tijeras virtuales, el segundo paso consiste en trocear la gran tarea en partes. En etapas, fases, escalones.

Identifica las partes clave

Todos los pasos son importantes pero el tercero en concreto para mí es importantísimo. En ese ejercicio previo de analizar y comprender la tarea, es crucial detectar los puntos fuertes, las partes más delicadas, las Tareas Clave dentro de esa tarea.
Imagina cualquiera de estas dos tareas y fíjate en lo distintas que son algunas de las partes en términos de exigencia para ti…
  • Preparar un Informe-Análisis: dentro de esa tarea tendrás que recopilar información que tienes en varias carpetas y papeles, ir a varias webs y bucear entre sus datos, redactar un texto en el que presentas conclusiones y propones nuevos pasos.
  • Preparar una Presentación: dentro de esa tarea tendrás que buscar iconos y fotografías para utilizar en tus transparencias, pensar creativamente para exponer visualmente una idea compleja, encontrar las palabras con las que quieres empezar y terminar tu charla.
Son sólo dos sencillos apuntes pero creo que te haces una idea. Dentro de esa Tarea Elefante cada parte es distinta, tiene más o menos impacto, exige más o menos de ti. Habrá partes que tengas que cuidar más, que situar en tus horas más productivas, que proteger de distracciones e interrupciones. Y otras no tanto, porque sean más mecánicas o de baja intensidad.
Las Tareas Elefante son tareas con trampa, porque encierran otras muchas tareas que hay que saber entender, planificar y hacer en el mejor momento.

Distribuye las partes con inteligencia

Este paso es consecuencia directa del anterior. Toda vez que tienes identificada la naturaleza de cada parte de la tarea, te resultará más sencillo repartirlas a lo largo de las próximas horas, la mañana o todo el día que exija esa tarea. No es lo mismo hacer la parte creativa al comienzo del día, cuando estás más fresco e inspirado, que después de comer con el sopor de la tarde/digestión.
De este modo, puedo acordar conmigo organizarme así: «Empezaré con la parte de escribir, la más creativa. La haré nada más empezar, que es cuando más despejado estoy. El tema de fotos y maquetación lo puedo hacer hacia el final de la mañana…». Y así con cada una de las partes. Elegir el mejor momento, la mejor hora, para cada una de esas partes, resulta clave para terminarla bien.

¿Y el resto de tareas?

Evidentemente no sólo tendrás que hacer esa tarea. Sino compaginarla con otras y variadas (Email, llamadas, tareas complementarias…). El hecho de esquematizar, dividir, trocear e identificar las partes clave y menores, te permitirá organizar el día (o los días) con mucha más facilidad. Y así podrás distribuir todas las piezas sobre el tablero con más criterio. De lo contrario, improvisarás y terminarás haciendo una chapuza (eso es, al menos, lo que me ocurre a mí.)
Hacer esta mini-planificación (rápida, no estoy hablando de más de 10-12 minutos) te ayudará a hacer antes y mejor esas Tareas Elefante. Porque hay que dar con la forma de compaginarlas con otras cosas, garantizar que las haces bien de principio a fin y, sobre todo, que no descuidas las partes más importantes. Y eso ciertamente es difícil cuando duran varias horas y tu concentración y energía van poco a poco hacia abajo.


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domingo, 3 de julio de 2011

Mi sistema de productividad (en revisión)

Utilizo Outlook como elemento central y herramienta principal de gestión del Sistema.

1. Recopilar
Utilizo varias:

Bandejas de entrada físicas (en casa y en oficina)
Bandeja de entrada Outlook (para correo electrónico)
Secundariamente uso una Carpeta Descargas (en PC) para las descargas de la red

A estas carpeta irá a parar cualquier papel u objeto que implique un trabajo por hacer.

Junto al PC siempre tengo papel para tomas notas que se incorporarán a la bandeja de entrada inmediatamente.

2. Procesar

Voy creando tareas en Outlook asignándole a cada una: categoría, seguimiento y periodicidad (si la hubiera)

Las categorías solo se ven en el equipo concreto en el que doy de alta la tarea. Aún no he conseguido que se mantengan de uno a otro cuando sincronizo a través del móvil.
Con el seguimiento establezco las fechas de inicio o vencimiento.

Para la gestión de las tareas estoy siguiendo a Autofocus, pero no termina de convencerme

miércoles, 4 de mayo de 2011

10 ideas sencillas para hacer mejor tus tareas

 
 

Enviado por Fon a través de Google Reader:

 
 

vía ThinkWasabi de Berto Pena el 3/05/11

Hacer. Esa es la clave de todo. Ayer, mientras participaba en Málaga Eficaz junto a mi buen amigo José Miguel Bolívar, de Optima Infinito, escuchaba de sus labios algo en lo que cada vez creo más: volcarme cada día en Hacer.

Toda tu planificación, tu herramienta de tareas, tu Outlook o tu Gmail, tu Calendario online o de pared, tu teléfono móvil o tu tableta digital, tu Evernote o tu OneNote, tu Moleskine o tu taco de notas adhesivas, tu bote de lapiceros y bolígráfos, tu súper ordenador de escritorio o tu ligero portátil… todo lo que ahora mismo te está rodeando, sólo está ahí para una cosa: HACER Y TERMINAR TUS TAREAS.

Y sin embargo no siempre lo conseguimos. Nunca antes en la Historia hemos tenido tantas y tan increibles herramientas. Y sin embargo a veces remamos sin avanzar. ¿Por qué?

Cuando yo fallo al avanzar de verdad en mis tareas diarias y me pregunto el porqué, siempre encuentro el fallo en en mis hábitos. ¿Cómo reforzarlos? ¿Cómo cuidarlos para sacar más adelante y ser más resolutivos? No lo sé, no tengo respuestas para todo. Pero hay algunas ideas que me han ayudado a mejorar "un poco" cada día. Como casi todo en Productividad son ideas sencillas, básicas, de sentido común, poco atractivas y nada rimbombantes. Por eso las olvido y las paso por alto con tanta facilidad…

  1. Las dos primeras horas del día valen el doble y siempre pongo ahí las tareas más difíciles.
  2. Si la tarea es grande entonces la trato como un mini-proyecto. La divido en varias partes y las distribuyo a lo largo del día o en varios días.
  3. La única tarea que vale es la que se termina. Pongo más energía e intensidad en terminar que en empezar.
  4. Cada tarea es absolutamente distinta. Requiere de mí un tiempo, una energía y una concentración distintas.
  5. Las tareas manuales y de baja concentración las hago en momentos bajos y siempre agrupo aquéllas relacionadas entre sí.
  6. Antes de empezar cualquier tarea me pregunto qué es, para qué es y qué exige de mí.
  7. Al terminar las tareas importantes me paro unos segundos a reconocer mi esfuerzo. Mi motivación diaria se alimenta de lo que hago, no de lo que me gustaría hacer.
  8. Si hay una interrupción al menos procuro terminar una parte que me permita retomarla luego con facilidad. Dejarla a medias es nefasto.
  9. Hay un momento para cada tarea y una tarea para cada momento. Cuando elijo bien termino antes y mejor.
  10. [BONUS] Cuando me empeño en hacer una sola cosa (unitarea) termino antes y mejor.
  11. [BONUS] Cuando me empeño en eliminar distraciones antes de empezar termino antes y mejor.

Si algún día te animas a poner en práctica alguna de estas ideas, mi recomendación es la siguiente: empieza siempre por las dos últimas pistas, las Bonus. Simplemente esas dos supondrán un cambio radical en tu forma de trabajar. El resto, te ayudarán a mejorar todavía más.

¿Quieres mejorar tu trabajo y tus tareas diarias? En mi TeleClase en HD "Toma el Control de Tus Tareas Diarias" te cuento las mejores recetas.

 
 

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jueves, 24 de febrero de 2011

GTD para dummies: los 7 principios productivos

 
 

Enviado por Fon a través de Google Reader:

 
 

vía El Gachupas de Jero Sánchez el 23/02/11

GTD para dummies: los 7 principios productivos

No se puede asimilar un enfoque productivo como GTD sin entender los principios sobre los que se asienta. Más allá de recopilaciones, contextos, revisiones y otras muchas técnicas que aprenderemos más adelante, debemos tener claro por qué funcionan y por qué son necesarias. Si te dicen que debes hacer una lista de tus áreas de responsabilidad está muy bien pero, a menos que entiendas cómo esa lista te ayudará a ser más productivo, es casi seguro que terminarás abadonándola.

Por eso, he decido introducir GTD de una forma poco común, profundizando en algunos de los principios o leyes productivas universales que subyacen de él, en lugar de resumir los cinco procesos –recopilar, procesar, organizar, ejecutar y revisar–, y otras cosas que probablemente ya habéis leído muchas veces. Os aseguro que si interiorizáis estos principios, entenderéis por qué GTD es el camino, y obtendréis una buena dosis de motivación para ponerlo en práctica con éxito.

(NOTA: Este es un artículo más extenso de lo habitual; por favor, léelo cuando puedas disponer de al menos 10 minutos de tranquilidad).

1. Confiabilidad, o la mente es mala memorizando, pero excelente creando.

El principio de confiabilidad nos dice que debemos utilizar un sistema de organización que sea confiable –y mantener nuestros compromisos en la cabeza no lo es ;-) No solo eso, tratar de recordar más de un compromiso empieza a generar estrés, mucho estrés, incluso aunque no nos demos cuenta. Trabajar "de cabeza" nos llevará a un caos organizativo y productivo total, y con el tiempo, a la consulta del doctor.

Así que la conclusión es clara: sea cual sea el sistema de organización que empleemos, debe estar fuera de nuestra cabeza, y garantizar que encontraremos lo que necesitamos, cuando lo necesitamos –porque de nada sirve anotar una cita en un papel si al llegar la fecha se nos pasa.

Una vez consigamos liberar a la mente del trabajo de tener que recordar, sucederá algo asombroso: no sólo desaparecerá el estrés, sino que empezaremos a ser mucho más creativos. Justo lo que necesitamos para resolver los problemas a los que nos enfretamos cada día, y llevar a cabo nuevos proyectos que nos hagan crecer personal y profesionalmente.

2. Acción, o no podemos hacer cosas e ideas, solo acciones.

Casi todos tenemos la mala costumbre de anotar las ideas tal y como salen de nuestra cabeza, sin darles forma. Así, sucede que tenemos en la lista de pendientes tareas del tipo "preparar las vacacaciones de verano", sin poder avanzar durante semanas, o incluso meses.

El problema es el principio de acción. El verbo "preparar" es demasiado genérico, no eboca una acción física que podamos hacer sin tener que pensar lo que significa. Podemos "buscar un hotel", o "reservar un vuelo", o "investigar lugares de interés en Internet". Estas son acciones claras y bien definidas. Pero no podemos "preparar las vacaciones" sin tener que pensar en todos los detalles que implica "preparar" –por cierto, este podría ser un buen nombre para un proyecto, pero nunca para una acción.

Mientras una tarea esté sin procesar –es decir, sin descomponer en cosas que podamos hacer ya, en este momento–, es casi seguro que la ignoraremos sistemáticamente.

Así pues, las ideas no se pueden hacer, ni siquiera las tareas. Solo podemos hacer… ¡acciones! Por eso, nuestro sistema de organización debe proveernos de los mecanismos necesarios para analizar todo lo que salga de nuestra cabeza y descomponerlo en sus acciones atómicas. De otro modo no funcionará.

3. Contexto, o para poder hacer algo deben darse las circunstancias adecuadas.

La mayor parte de los métodos de organización "clásicos" –anteriores al año 2000–, fallan estrepitosamente a la hora de dar cabal cumplimiento a este principio. Desde niño nos enseñaron a "programar" nuestras tareas por adelantado –el lunes esto, el martes esto otro…– sin darnos cuenta de que no es suficiente con desear para poder hacer las cosas.

Hay muchos factores que influyen a la hora de poder hacer algo. Por ejemplo, de nada nos sirve querer prospectar clientes por teléfono esta mañana, por muy prioritario que sea, si nos convocan a una reunión urgente, amanecemos con resfriado, o se avería el conmutador telefónico de la oficina.

Una estrategia más inteligente es tener organizadas todas nuestras acciones –no las tareas, no las ideas… las acciones– en función de los distintos factores o contextos que posibilitarán su ejecución. De este modo, en cada momento nos limitaremos simplemente a seleccionar aquellas acciones que podamos llevar a cabo dadas las circunstancias actuales, e ignoraremos el resto –al menos temporalmente, hasta que también se den las circunstancias adecuadas para ellas.

Un sistema que no contemple el principio de contexto será muy ineficiente, y en determinados casos totalmente inservible.

4. Entropía, o todo orden tiende al desorden, a no ser que hagamos algo al respecto.

La parte más fácil y gratificante de empezar a utilizar un sistema de productividad personal es organizar el desorden en que generalmente estamos inmersos. Es difícil describir la sensación de éxito que sentimos cuando conseguimos clasificar nuestras acciones en listas, nuestros documentos de papel en archivos, y nuestros compromisos en un calendario. El problema es que muchas veces pensamos que esta es una actividad de "sólo una vez"… ¡error!

Nos guste o no, todos los días siguen llegando a nuestro radar nuevos papeles, nuevas tareas –que tenemos que procesar–, nuevos compromisos… y algunos de los que ya tenemos en nuestro sistema dejarán de ser relevantes. Y si no organizamos lo que llega nuevo, y eliminamos lo antiguo que ya no sirve, nuestro sistema pronto dejará de ser completo, y por ende, dejará de ser confiable. Todo el esfuerzo que hicimos al principio no habrá servido para nada.

Nuestro sistema debe proporcionarnos directrices claras para asegurarnos de que siempre está actualizado, con lo último de lo último, y no contiene "basura".

5. Relevancia, o hacer muchas cosas no significa necesariamente ser productivo.

Este es quizá el principio de productividad más importante de todos, y que ignora la inmensa mayoría de sistemas llamados "ligeros" –como ZTD y Autofocus. De hecho, casi todo el mundo califica a estos sistemas como "sistemas de productividad", cuando en realidad son simples "sistema de organización y ejecución" de tareas.

El principio de relevancia nos dice que toda acción debe tener importancia en el contexto de nuestros propósitos y metas. Llenar nuestras listas de acciones y terminarlas, sin un propósito definido, no es productividad. Es más, ni siqueira deberíamos dejar entrar en nuestro sistema nada que no vaya enfocado, directa o indirectamente, a un objetivo a medio o largo plazo en particular.

Un verdadero sistema de productividad debe tener en cuenta alguna forma de asegurar que vamos por buen camino, que lo que hacemos tiene sentido, que "no estamos subiendo la escalera, pero del edificio equivocado". Y debe darnos la oportunidad de cambiar de dirección cuando cambien nuestras metas –porque si hay algo seguro en esta vida es que todo cambia.

6. Simplicidad, o las cosas deben ser lo más simples posibles, pero no demasiado simples.

Las cosas sencillas generalmente funcionan mejor que las complicadas –este principio no es más que la aplicación del principio de la navaja de Ockham a la productividad. Sin embargo, un exceso de simplicidad puede derivar en problemas igual o más graves que un exceso de complejidad.

Un ejemplo claro lo tenemos en ZTD. Desde mi punto de vista, Leo Babauta –autor del método–, simplificó tanto GTD que finalmente se ha convertido en algo inservible para darle dirección a tu vida. Reconozco que su trabajo aporta muchas ideas interensantes, como sus celebérrimas TMI o Tareas Más Importantes –que por cierto, no son idea suya–, pero definitivamente falla para cualquier que tenga una vida relativamente compleja; o sea, la gran matoría de la Humanidad.

Por tanto, no debemos sucumbir a la tentación de simplificar en exceso. La productividad personal, la de verdad, requiere de trabajo y dedicación, no hay atajos. Utilizar algunos sistemas "de productividad" es como hacer la dieta del repollo: si solo comes sopa de repollo durante 7 días, seguro perderás peso, al menos de momento; pero si quieres perder peso de manera efectiva y permanente, la única forma es hacer una dieta balancenada y ejercicio… punto.

7. Naturalidad, o trabajar de forma natural siempre funciona mejor.

Por último, el principio de naturalidad nos recuerda que debemos hacer caso a la forma en que funciona nuestro cerebro y nuestro cuerpo de manera natural. Intentar hacer las cosas en contra de la manera en que funcionamos no suele funcionar, o si funciona es a costa de un enorme desgaste mental –y seguramente mucho estrés.

Por ejemplo, averigüemos qué horarios son los más productivos para nosotros, y organicemos nuestro trabajo entorno a ellos. Algunos prefieren la mañana, otros la tarde o la noche. En ningún caso nos empeñemos en levantarnos a las 5 de la mañana, por mucho que sea la moda, si nuestros biorritmos –o ritmos circadianos–, nos aconsejan otra cosa.

Lo mismo puede decirse de la manera de gestionar los proyectos, algo en lo que David Allen hacen mucho hincapié. No respetar la forma natural en que pensamos y resolvemos los problemas generalmente lleva a retrasos en la entrega de resultados, exceso de trabajo y estrés.

¿En qué medida encajan estos principios en el sistema de productividad personal que utilizas actualmente? Comparte tus ideas con nosotros en un comentario.

Artículo original escrito por Jero Sánchez. Sígueme en Twitter.

Foto por the yes man (via Flickr)

¡No te pierdas estos otros artículos!

  1. GTD para dummies: el compromiso
  2. GTD para dummies


 
 

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jueves, 10 de febrero de 2011

Claves para actuar ante tareas imprevistas y marrones

 
 

Enviado por Fon a través de Google Reader:

 
 

vía ThinkWasabi de Berto Pena el 6/02/11

Tienes tu plan de tareas listo, empiezas a trabajar con ganas y, de repente, tu jefe o el cliente de turno viene con una tarea imprevista con la no contabas. Y no es un encargo cualquiera. Es algo que hay que "hacer para ayer" y que además te va a llevar bastante tiempo. En ese momento, tu planificación y tus objetivos para el día, se van al carajo. Te acaban de romper tu plan de tareas.

¿Hay forma de manejar esas situaciones? ¿Es posible minimizar el impacto de esos imprevistos? ¿Hay manera de cumplir con el resto de tareas que había planificado? Atento, porque quizás en estas claves que a mí siempre me han ayudado encuentres alguna pista para ti.

1Termina la tarea en la que estabas

La urgencia con la que ha aterrizado la nueva tarea te empujará a dejar todo lo que estabas haciendo para ponerte con ella cuanto antes. No lo hagas. Salvo que estuvieras en medio de una tarea menor o rutinaria, fácilmente sacrificable, por nada del mundo dejes a medias lo que estabas haciendo. Ese será un nuevo frente abierto que luego te costará mucho más retomar y terminar. Una tarea a medias es una tarea que siempre se complica y en la que luego tardas más tiempo.

2Analiza tu plan con serenidad

En esos momentos lo más normal es entrar en "modo cabreo" o "modo pánico". O los dos. Te acaban de descolocar tu plan de trabajo y eso no gusta a nadie. Tras la primera reacción es imprescindible actuar con calma para así poder acertar en tus decisiones.

Ahí es donde se demuestra la importancia de contar con un plan de trabajo diario. Si lo tienes, puedes echar mano de él y estudiar cómo recolocar (con criterio) las piezas del rompecabezas para ese día. Te acabas de perder, pero cuando cuentas con ese "mapa" es mucho más fácil reorientarse y ponerse de nuevo en marcha. Sin él, la desorientación dura más tiempo y al retomar la marcha seguramente tomarás malas decisiones.

3NO toques ni retrases las tareas Clave

Generalmente estas tareas que llegan de sopetón son grandes, exigentes y requieren tiempo. Lo más habitual es hacerles sitio sacrificando otra de las dos o tres grandes tareas del día, una tarea Clave. Es normal verse tentado por ello. Por nada del mundo toques esas tareas. Porque detrás de ellas encontrarás los avances y cumplir los objetivos que tú esperas de tu propio trabajo.

Sacrificar y posponer esas tareas supone trabajar a ritmo de urgencias y nunca hacerlo en función de resultados. Contén el primer impulso, porque te verás tentado a mover esas tareas grandes a otro día. Protegerlas y hacerlas ese día es garantizar avances de verdad y no trabajar según el dictado de lo último en llegar.

«Ya, vale, pero, ¿cuándo hacerlas si la otra tarea que me acaba de caer me va a llevar media mañana?» Vas a "robar" tiempo de otros rincones… menos importantes.

4Cancela todas las reuniones y salidas

Las reuniones, y especialmente aquéllas que exigen un desplazamiento fuera de la oficina, son un ladrón de un tiempo que en ese momento necesitas encontrar a toda costa. Si ese día había alguna prevista, muévela y cancélala (o como mucho arrincónala al final de la jornada). Ese día no estás para regalar alegremente tu tiempo. Lo principal ese día es hacer las 2-3 tareas Clave que habías previsto y cumplir con la tarea-bomba que te han soltado. Todo lo demás, ese día, es gratuito, accesorio y secundario.

Saca tu mejor repertorio de excusas o practica frente al espejo tus sonrisa más convincente. Después habla cuanto antes con la otra persona(s) para mover la reunión a otro día. Vete por delante con un par de alternativas para proponerles; y si puede ser, para esa misma semana.

Lo principal ese día es hacer las 2-3 tareas Clave que habías previsto y cumplir con la tarea-bomba que te han soltado.

5Retrasa las tareas menores

Dentro de tu planificación para ese día habrá otras muchas tareas de menor importancia. Tareas que, perfectamente, puedes hacer al día siguiente. ¿Es eso Procrastinar? No, para nada. Eso es actuar con juicio productivo ante una situación inesperada que amenaza tu trabajo diario.

Recorre rápidamente tu plan de tareas e identifica aquellas tareas que puedes mover a mañana o bien otro día de la semana. Pero no digas "ya las haré". Ponle fecha y hora en tu plan semanal para darles salida en cuanto antes.

6Comprime el resto de tareas rutinarias

No obstante, habrá otras muchas tareas menores, periódicas y rutinarias, de las que no podrás desembarazarte. Las tienes que hacer sí o sí. En ese caso, y en ese día más que nunca, recorta drásticamente el tiempo que les dedicas. Si habitualmente le dedicas 60 minutos al Email, comprométete a reducir esos minutos al máximo: 40, 30 ó 25 minutos.

Informes y reportes, chequeos, logs, backups, mantenimiento, cifras y visitas, lectura online… Ese día no estás para "lujos" y no puedes permitir perder tiempo, energía y atención en tareas rutinarias. Si consideras que no puedes dejarlas para otro día, hazlas; pero al menos sin que te roben demasiado. De lo que se trata es de encontrar tiempo debajo de las piedras para hacer (bien) la nueva tarea imprevista.

7Delega o comparte algunas tareas

En tu planificación verás ciertas tareas menores que, o bien pueden hacer otras personas, o bien pueden ayudarte a hacerlas. Detéctalas, levántate y vete a hablar con ese compañero. «Mira el pedazo de marrón que me acaban de soltar. Tal vez hoy me pudieras echar una mano para completar este otro informe».

Naturalmente que no se trata de endosarles a ellos otro marrón y multiplicar el problema a lo largo y ancho de la oficina. Se trata de buscar ayuda para hacer tareas menores o rutinarias, y despejar así la mañana o la tarde para poder terminar la urgencia de tu jefe o cliente.

Las tareas imprevistas, los marrones urgentes, son algo con lo que hemos de saber convivir. Y eso supone conciliar el imprevisto con el resto de tareas (importantes y menores) que esperamos y queremos hacer cada día. Espero haberte dado alguna pista que te ayude en esa misión.


 
 

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jueves, 3 de febrero de 2011

Como detectar las "Reuniones Tóxicas"

 
 

Enviado por Fon a través de Google Reader:

 
 

vía Habito|Zen de Facundo Arena el 1/02/11

Las reuniones de trabajo son un arma de doble filo. Son necesarias, pero también son una de las principales amenazas a la productividad en nuestro desempeño diario. Las reuniones son eventos que nos obligan a interrumpir nuestro flujo natural de actividad productiva, nos sacan de contexto y nos ponen en situación de tener que realizar un esfuerzo para luego poder retomar el ritmo natural de trabajo después. Como dije en un comienzo, las reuniones son necesarias, pero en 4 de cada 5 reuniones que duran más de 30 minutos, se podría haber llegado a la misma conclusión en solo 10 minutos si:

- Cada uno de los asistentes llega a la reunión con una idea clara de lo que se va a debatir, y los diferentes caminos a tomar. Esto requiere una investigación previa que generalmente pocos realizan.

- Cada uno de los asistentes llega a la reunión con una postura abierta, dispuesto a escuchar a los demás y tomar en cuenta sus sugerencias para lograr llegar a una resolución democrática.

Como esto en general no sucede, debemos utilizar la Inteligencia Social para detectar cuando una reunión es, más que un evento productivo, un sinsentido. A continuación, algunos signos de "reuniones tóxicas":

- Cuando uno o más de los miembros de la reunión está más pendiente de la pantalla de su celular que de la cara de sus compañeros.

- Cuando uno o más de los miembros de la reunión ofrece más chistes y anécdotas que información de valor que aporte a llegar a una conclusión concreta.

- Cuando uno o más de los miembros de la reunión está obstinado en que su postura es la única opción válida, y su esmero en convencer al resto lo lleva a comunicarse en un tono que desmerece la opinión ajena.

- El tiempo típico de atención generalmente está entre los 15 y los 20 minutos. Si luego de ese tiempo no se llegó a una primer conclusión "guía", entonces estamos en problemas.

- Cuando la conversación se basa en conceptos demasiado abstractos. Mucha gente tiene la elocuencia suficiente para comunicarse en estos términos; pero al fin de cuentas lo que importan son las acciones concretas.

- Cuando se repiten sistemáticamente los siguientes signos en algunos de los miembros de la reunión: Caras de preocupación, bostezos, dibujos en el anotador, miradas perdidas y jugueteos con el teléfono celular.

En estos casos, está en el líder de la reunión en tomar la decisión de remontar la situación tratando de generar un incentivo que motive a las neuronas del resto a funcionar, o postergar la reunión para otro momento de mayor lucidez conjunta.

 
 

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miércoles, 5 de enero de 2011

Cómo leer libros de forma eficaz

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Se nos ha enseñado a leer de izquierda a derecha, de arriba a abajo y desde la primera página a la última, suponiendo claro que seamos occidentales. Sin embargo esta técnica puede no ser muy eficiente si lo que estamos leyendo no es una novela o si no estamos leyendo por puro placer. Por ejemplo, si se está estudiando, ya sea una oposición o para un exámen, no es necesario empezar por el prólogo, agradecimientos, y acabar en el epílogo. No tiene sentido. Yo mismo he caído en este error mucho tiempo, por eso quiero compartir con vosotros algunas técnicas para leer de forma efectiva.
Aunque los libros en papel tengan un futuro algo incierto, el caso es que cada día tenemos mas cosas que leer, informes, trabajos, memorandos, ensayos, libros técnicos o de autoayuda. Es para la lectura de estos libros cuando nuestro modo habitual de leer es altamente ineficaz. De hecho, una vez que se aprende a leer, unas técnicas de lectura eficaces es una de esas cosas que se debeerian enseñar en la ecuela.
El articulo de hoy os dará algunas pistas para usar unas técnicas que os permitiran, leer más, mejor y más rápido

La velocidad media de lectura es de unas 200 palabras por minuto. Esto se debe a que lees verbalizando mentalmente las palabras. Esto no es necesario. El cerebro, convenientemente entrenado es capaz de procesar la informacion leida mucho mas rapidamente evitando esta verbalización. Con el adecuado entrenamiento se puede llegar a casi ¡1000 palabras por minuto!
Pero además de mejorar la velocidad de lectura, también es necesario adoptar ciertas técnicas para sacarle todo el jugo posible a nuestra lectura. Por ejemplo,
Leer ideas
  • Priming. Saber qué estamos buscando con la lectura del libro en cuestión. Mientras que en un novela generalmente queremos dejarnos sorprender, cuando elegimos otro tipo de libro, estamos buscando un tipo de información concreta, ¿qué pretendo aprender de este libro? ¿cuáles son los principales objetivos que busco? Saber qué estamos buscando exáctamente nos ayudará a separar el grano de la paja. Todos los autores tienden a divagar en cierto modo, y saber qué buscamos nos ayudará a evitar estas divagaciones y centrarnos en lo que íbamos buscando. Ya habraá tiempo para detenerse en los detalles. De hecho, hay estudios que demuestran que muchos de los libros técnicos se pueden resumir en un gran porcentaje.
  • Notas. Es fundamental tomar notas. Los libros técnicos, no son novelas, los debemos usar como herramientas. Quizá tengamos en la cabeza la idea de que "NO SE PINTAN LOS LIBROS", me parece un consejo horrible. Si es nuestro, debemos subrayar, anotar, doblar esquinas en cada pasaje o cita que nos aporte algo. Por supuesto, si no es nuestro, debemos tener a mano un buen cuaderno de notas de lectura, en el que recojamos todo esto. Si estás leyendo en formato electrónico, deberías usar evernote o algo similar para que las ideas no se pierdan.
  • Índice y glosario. Antes de empezar a leer, ¿echas un vistazo al índice y al glosario? Ambos te dan una idea muy precisa de lo que te puedes encontrar. El índice además, te informará de cómo el autor ha estructurado la información. De qué quiere que leas antes o te permitirá elegir tu propia hoja de ruta por las páginas del libro. En el glosario, podrás saber si el libro está tratando los temas (por palabras clave) que más te interesa. Por ejemplo, si buscas información sobre el IVA y en el libro solo aparece citado en dos sitios, quizá no sea la mejor elección.
  • Leer revisiones del libro. Puede ser muy útil leer las revisiones que otros hayan hecho de un libro. Tanto las buenas como las malas. Yo personalmente empiezo por estas últimas, para ver qué tipo de críticas se han hecho del libro y por qué. El sistema de Amazon me parece particularmente bueno (aunque necesitas un buen nivel de inglés). También puedes buscar en foros de libros o blogs de la temática del libro.
  • Primer vistazo general. Recuerda, no estás leyendo una novela, estás leyendo un libro para aprender o ampliar tus conocimientos en algo. No pasa absolutamente nada porque no lo leas de principio a fin. Lo mejor que puedes hacer es echar un vistazo general, usando el índice o el glosario, e ir por todo el libro leyendo pasajes sueltos o algún capítulo. Esto nos permitirá ver si el libro será realmente de nuestro interés o qué partes son las que van a tener más miga.
  • Buscar tu momento. Leer debería ser algo que se hiciera con concentración. No voy a decir con los cinco sentidos (en los ebooks se pierden olores…) pero casi. Dedica tiempo para leer y SOLO para leer. Un sillón, un bloc de notas, una mesa, una cafetería o un restaurante. Busca tu momento, y si es preciso madruga (si te gusta). Concentra tus estímulos y atención en el libro que tienes entre tus manos. La capacidad de aprendizaje se disparará.
  • Defender la lectura como trabajo. Leer es trabajar. Muchas veces, he estado leyendo (libros técnicos) un buen rato en el trabajo. El retorno de la inversión ha sido brutal. Por desgracia, cuando uno lee en el trabajo, los demás le miran como si estuviera perdiendo el tiempo. He oído comentarios como "qué suerte, que tienes tiempo para leer en el trabajo". Claro, estoy trabajando, me estoy preparando para lo que voy a hacer. Muchas veces he empezado cosas nuevas sin saber. Más tarde me he dado cuenta, que si hubiera dedicado un par de horas a leer un buen manual o libro, me hubiera ahorrado mucho tiempo. Si se siguen las estrategias que os planteo aquí, leer en el trabajo puede ser la tarea más productiva del día. No la menospreciemos.
  • Comparte tu lectura. Una de las mejores formas de fijar lo que has leído es hablar sobre el libro con otra persona. Aprovecha esta oportunidad siempre que puedas. Cada persona hace una interpretación muy personal de los libros, y cada uno extrae sus propias ideas y conclusiones. Por desgracia, cada vez leemos más para nosotros solos y no compartimos lo que leemos. Si no puedes hablar con nadie, deja una revisión en algún foro o blog sobre el libro. Los comentarios de los demás lectores harán el mismo papel.
Por supuesto, esto no aplica a la lectura de una novela o una poesía por puro placer. En este caso deleitarse con las palabras y con los sonidos e imagenes que evocan en nuestra mente es casi una obligación.
¿Qué técnicas usáis vosotros para sacar el máximo provecho a vuestras lecturas? ¿Tenéis la costumbre de leer todos los libros de la misma forma? ¿Os habéis planteado usar otras técnicas?


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