jueves, 16 de diciembre de 2010

GTD: La revisión semanal

 
 

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GTD: La revisión semanal

La revisión semanal es aquella que hacemos desde un punto de vista más amplio que la revisión continua. Si la revisión continua nos sirve para actuar en el momento con la tranquilidad de que nuestras acciones nos van a llevar a nuestros objetivos, la revisión semanal busca la confianza en nuestro sistema en otro nivel.

Tiene dos objetivos principales. Por un lado, nos pasamos los días con prisas, tomando decisiones bajo presión, sin tiempo a pensar en lo que estamos haciendo, porque el ritmo de lo que pasa a nuestro alrededor nos absorbe. Durante la revisión semanal nos reservamos un tiempo para pensar con calma en todas las acciones y proyectos, y aquello que nos ha sucedido durante la semana.

Por otro lado, comprobamos que las próximas acciones y los proyectos que tenemos en marcha sean coherentes (es decir, no tenemos acciones de proyectos cerrados, y no tenemos proyectos abiertos sin acciones definidas), y revisamos que tanto los proyectos como las próximas acciones estén al servicio de nuestros objetivos. Esto, y vaciar la mente de todo lo que aún estemos reteniendo ahí, nos dará una confianza extra sobre nuestro sistema complementaria a la de las revisiones continuas.

La lista de control para realizar una revisión semanal es:

  • Recopila cosas sueltas. Pon en tu bandeja de entrada todas las notas sueltas que tengas, anotaciones de reuniones que has tenido durante la semana, 'post-it' que has acumulado, tarjetas de visita, facturas o tickets de caja, etc. Esto no se limita al papel, pon en la bandeja también pendrives USB o tarjetas de memoria que estén pendientes de revisar y cualquier cosa que esté fuera de su sitio porque no has tomado ninguna decisión al respecto. Busca también notas en tu bolso, en tu cartera, en tu teléfono móvil. No queremos que nos quede ningún fragmento de información sin procesar en ningún rincón.
  • Procesa tus notas. Es el momento de procesar todas las notas que has recopilado, pero de una forma muy consciente. En la revisión semanal estamos pensando a otro nivel: hemos de ser unos 'ninjas' del procesado y ser capaces de juntar acciones y proyectos, notas, ideas, recuerdos de las reuniones y conversaciones que hemos tenido esta semana, y nuestros objetivos. Hemos de juntar todas estas cosas y saber cruzar toda esta información para tomar decisiones sobre qué es lo más importante, cuáles son los proyectos que debemos llevar a cabo y qué próximas acciones vamos a hacer durante los próximos días.Por eso, procesa tu bandeja a conciencia; revisa todas las notas que hayas tomado en tu agenda, revisa las listas de 'Algún día/tal vez' y las de 'A la espera'. Procesa cualquier idea o recuerdo que tenga que ver con tus proyectos. Organiza tu material 'Para leer'.
  • Citas previas. Repasa en tu calendario las citas que has tenido estos días atrás. Busca llamadas y reuniones que hayas hecho, y recuerda qué es lo que hablaste en ellas. Toda esa información tiene que entrar en el juego de cruzar la información y tomar decisiones. Recuerda si te comprometiste a algo y has de apuntar próximas acciones. Busca elementos pendientes. Archiva los datos obtenidos y asegúrate de cerrar la revisión con la agenda de esta semana cerrada.
  • Citas futuras. Echa un vistazo al calendario de los próximos días, semanas y meses. ¿Tienes la próxima semana alguna reunión? Quizá debas preparar algo de material o enviar el orden del día a los participantes. Anota estas próximas acciones que se te ocurren relacionadas con las citas futuras. De la misma forma, revisa los eventos a largo plazo; si por ejemplo son fechas de entrega de un proyecto muy grande tendrías que estar tomando acciones desde ahora.
  • Vacía la mente. Pon por escrito todo lo que se te ocurra. Organízalo según sean las ideas: anótalo en el contexto correspondiente de tus próximas acciones, en la lista de 'Algún día/tal vez', en la lista de cosas que están 'A la espera' de otra persona, o quizá agrupar varias acciones en un proyecto común, etc.
  • Revisa los proyectos. Repasa tu lista de proyectos y comprueba cuáles son válidos o cuales ya no tienen sentido y se deben abandonar. Comprueba también si has conseguido con cada uno el objetivo que te proponías y si por tanto es el momento de darlo por cerrado. Echa un vistazo dentro de cada uno de ellos y verifica si hay alguna próxima acción más que puedas definir. Compáralos también con las listas de próximas acciones y asegúrate que todos los proyectos abiertos tienen alguna próxima acción en las listas; de lo contrario tendrías un proyecto estancado.
  • Revisa las listas de próximas acciones. Tacha acciones que ya estén hechas. Busca recordatorios de acciones y anótalas en la lista correspondiente.
  • Revisa la lista 'A la espera'. Revisa lo que esté a la espera y hazle un seguimiento adecuado según convenga.
  • Revisa las listas de control. Revisa si hay algo en tus listas de control que deberías haber hecho y no has hecho todavía.
  • Revisa la lista de 'Algún día/tal vez'. Comprueba si hay algún proyecto que haya pasado a estar activo y muévelo a la lista de proyectos. Revisa si es el momento adecuado para empezar algún otro proyecto de esta lista. Borra los elementos que ya no tengan interés.
  • Revisa el material de apoyo. Comprueba que tengas actualizada toda la información sobre los proyectos, elimina aquél material desfasado o inútil.
  • Sé creativo y valiente. ¿Tienes alguna idea creativa, provocadora y arriesgada que meter en tu sistema?

Fotografía: Sparks Fly, de Axel-D

Artículo original de Daniel Aguayo en Du Tudú.


 
 

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GTD: La revisión diaria

 
 

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GTD: La revisión diaria

La revisión continua era aquella revisión que hacemos con mucha frecuencia para mantener el sistema a punto, para lo que necesitamos en el día a día. Haciendo esto podemos mantener la confianza en el sistema. Esta revisión se hace 'tan frecuentemente como necesitemos'.

Para los que nos gustan que nos den pautas más específicas, podemos hacer una versión de la revisión continua cada tarde-noche al llegar a casa, y convertirlo así en el hábito de la revisión diaria.

Los pasos para una revisión diaria son:

  1. Revisar las listas de acciones y el calendario de hoy: nos vamos a asegurar de que cerramos bien la jornada, para conservar la confianza en lo que hacemos y no dejarnos ningún cabo por atar. Al revisar las listas y el calendario vamos a:
    • Asegurarnos de que hemos hecho todo lo que teníamos que hacer hoy. ¿Hay alguna acción que se tenía que realizar hoy específicamente (de las que apuntamos en el calendario) que aún no hayamos hecho? ¿Alguna otra acción que tuviéramos pensado hacer hoy y aún estemos a tiempo? Ahora es un buen momento para hacerlas y tacharlas de la lista.
    • Temas domésticos. Ya que estamos en casa, podemos mirar las acciones del contexto adecuado por si podemos hacer alguna, o quizá atender a otras tareas domésticas que no solemos apuntar.
    • Asuntos pendientes con mi familia. ¿Hay algún asunto que deba tratar con mi pareja o compañeros de piso?
  2. Revisar el calendario del día siguiente: esto nos dará una visión de cómo discurrirá el día, porque veremos qué citas tenemos y los huecos que tenemos entre ellas.Para acabar de preparar el día podemos revisar las listas de próximas acciones por contexto, para saber con qué rellenar los huecos del día que no tenemos asignados a nada concreto. En este momento podemos escoger las acciones más importantes para darles preferencia.
  3. Capturar lo que se nos pase por la cabeza, así liberamos la mente al máximo y nos preparamos para descansar.

Como vemos, es una revisión continua que sigue revisando el calendario y las listas de próximas acciones, pero con pasos específicos que nos ayudan a cerrar el día que acaba y preparar de la mejor forma el día siguiente. De esta forma, podemos descansar tranquilos sabiendo que no nos hemos olvidado hoy de nada, y que mañana no encontraremos ninguna sorpresa.

Fotografía: Today is April 26th, por  Howdy, I'm H. Michael Karshis

Artículo original de Daniel Aguayo en Du Tudú.


 
 

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De ThinkWasabi: "¿Cuánto te costará tu próxima reunión?"

 
 

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vía ThinkWasabi de Berto Pena el 12/12/10

¿Conoces Meeting Ticker? Es una sencilla utilidad web que valora en dinero cuánto le cuesta a tu empresa o a ti la próxima reunión en la que vayas a despilfarrar tu tiempo. Pruébala. Porque la experiencia de empezar una reunión, ver cómo pasa el tiempo, y contemplar cómo sube la cantidad de dinero tirada a la basura, es una experiencia reveladora.

Reveladora porque primero sientes curiosidad. Luego incomodidad. Finalmente te escandalizas.

A la hora de hablar de Productividad en el trabajo las reuniones son de lejos uno de los puntos más sangrantes. Por lo general se convocan a la ligera, son largas, demasiado frecuentes, asiste demasiada gente y son el gesto favorito de las personas que quieren hacer ver que hacen algo. Posiblemente las mismas personas que tras un día con siete reuniones dirán: «Hoy he tenido un día muy productivo».

Las reuniones no valen para nada. Salvo que se concreten, de forma inmediata y muy precisa en acciones, no valen para nada salvo dar la sensación a los asistentes de que están haciendo algo. Lo peor, por supuesto, es la cantidad de tiempo, energía y atención que silenciosamente les roban. Día a día a lo largo de toda su vida profesional van pagando esa vergonzosa hipoteca. Porque mientras te reúnes, no haces.

Pero, como el Email o mover archivos por el disco duro, son de ese tipo de engañosas actividades del trabajo que nos dan la sensación de que conseguir avances. O incluso peor. Que las tenemos que hacer para hacer nuestro trabajo. Convertimos a la herramienta, a la utilidad (las reuniones, el Email…) que sirve para hacer nuestro trabajo, en el centro de nuestro trabajo. Elevamos a la categoría de "rey" algo que ni siquiera es "ministro".

No sé si puede trabajar sin reuniones. Pero sí sé que se puede trabajar sin la mayoría de las reuniones.

«Bien, pero ¿qué demonios hacer? ¡Si es imposible trabajar sin reuniones!» No sé si puede trabajar sin reuniones. Pero sí sé que se puede trabajar sin la mayoría de las reuniones. A partir de aquí, yo sólo te puedo contar mi punto de vista, apuntar alguna sugerencia y compartir contigo mi experiencia. La experiencia de un mal manager (sí, yo) que durante años despilfarró su propio tiempo y el de todo su equipo.

Si convocas tú las reuniones (eres directivo, manager, jefe de equipo…):

  1. Decide si es absolutamente necesario convocar la reunión. Si puedes, cancélala, no la convoques. Busca otra forma alternativa de comunicar, organizar o acordar que sea más directa y respetuosa con el tiempo de todos.
  2. Convoca sólo a las personas que explícitamente puedan aportar algo.
  3. Decide por adelantado una duración máxima y sé inflexible. (Ten claro que a partir de 20 minutos es un despilfarro de dinero, tiempo, energía…)
  4. Comunica por adelantado el porqué de la reunión. Su objetivo.
  5. Exige puntualidad y cierra la puerta si alguien llega tarde.
  6. Arranca Meeting Ticker.
  7. Y luego acciones, acciones y acciones. Si eres capaz de traducir esa reunión en próximas tareas, tal vez no haya sido una completa pérdida de tiempo y dinero.
  8. (Prueba a descubrir las reuniones de pie. En cinco minutos todos vais al grano y son igualmente —más— efectivas.)

Si te convocan a ti a las reuniones:

  1. No aceptes ir porque sí o porque te lo han ordenado. Pregúntate si merece la pena que vayas, si de verdad tú vas a aportar algo (por tu puesto o cargo, conocimiento, experiencia…).
  2. Antes de ir averigua: cuánto va a durar, qué temas trataréis y si tienes que preparar algún material o documento.
  3. Sé puntual.
  4. Háblale a tu jefe de Meeting Ticker y convéncele para que lo pruebe.
  5. Aporta, sugiere, concreta. Si estás en la reunión es por algo.
  6. Cuando salgas por la puerta ten muy clara tu próxima tarea-acción.

Si tienes hoy alguna reunión, prueba a utilizar Meeting Ticker para comprobar cuánto os costará. Sin saber cuánto durará ni cuántos asistiréis, seguro que será bastante.

EresProductivo.com — Centro Online de Productividad Personal


 
 

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martes, 23 de noviembre de 2010

25 ideas prácticas para trabajar en la oficina

 
 

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vía ThinkWasabi de Berto Pena el 15/11/10

Siempre que voy a una empresa o una organización a dar un seminario me encuentro con un problema similar: "Trabajar en esta oficina es un problema, no hay quien se concentre. Pasan las horas y no saco el trabajo adelante. Me falta tiempo".

Si lo piensas en frío 8 horas (que en teoría es lo que trabajamos) es una barbaridad de tiempo. Si pusiéramos sobre la mesa todo ese tiempo veríamos que hay de sobra para hacer nuestras tareas. Y mucho más. Así que, ¿dónde fallamos? Interrupciones, distracciones, mala utilización de los tiempos de trabajo, reuniones improductivas, malos hábitos digitales, pérdidas de tiempo online… La lista crece y crece.

El problema es que nos hemos hecho creer que toda la culpa la tiene nuestra oficina o nuestros compañeros. Nosotros poco o nada podemos hacer para mejorar nuestro rendimiento. Pues no, hay montones de gestos, trucos y técnicas que puedes poner en marcha para mejorar tu trabajo en la oficina (la mayoría valen para cualquier ocasión).

#1 No leas el Email a primera hora
Retrasa ese gesto 45 minutos y reserva ese privilegiado momento para concentrarte, hacer y terminar una de las dos o tres grandes tareas de tu día. Una tarea Clave.

#2 Pon un Inbox físico en tu mesa
Es un lugar donde irás poniendo todo el inevitable papeleo (informes, facturas…) que vas recibiendo o te dejan a lo largo del día. En lugar de abarrotar tu mesa lo arrinconas todo en esa caja o bandeja. Al final del día "procesas" y decides qué hacer con todo ese papeleo.

#3 Herramientas de captura siempre a mano
En cualquier momento va a surgir una idea, una tarea, un encargo, un contacto o algo que debes anotar. Si no utilizas una herramienta digital para capturar todo eso (tipo Evernote), ten siempre a mano un bloc de notas donde anotar rápidamente cualquier cosa. Siempre a mano pero a la vez escondido.

#4 "Arrincona" las tareas manuales
Destina los momentos de baja productividad o de mayor cansancio para las tareas manuales, mecánicas y monótonas. Procesar documentos, ordenar papeles, organizar carpetas y ficheros en tu ordenador, comprobar cifras… Hacer todo eso en tus horas de máxima productividad es un error.

#5 Destina momentos para la actividad online
Si en tu día tienes momentos fijos e inamovibles para tu actividad online (blogs, redes sociales…) es mucho más difícil que no sean una distracción. Ahora, si no hay un momento para todo eso entrarás y saldrás una y otra vez sin parar. Elige qué "ventana" del día es la mejor en función de tu carga de trabajo, energía y rendimiento. Por ejemplo: "la última media hora de la mañana me dedicaré a todo eso".

#6 Utiliza auriculares
Si puedes, hazlo. Puedes escuchar música relajante que estimule tu concentración o bien utilizar un generador de ruido blanco ( SimpleNoise, por ejemplo) que ayudarán a aislar ruidos exteriores. Y aun cuando no escuches nada los auriculares ahuyentan las ganas de interrumpirte que pueda tener algún compañero que pase a tu lado.

#7 Pide concentración a los que te rodean
Un gesto que no demasiada gente hace y que funciona. Antes de empezar una tarea importante reclama a tus compañeros una tregua y un poco de silencio. Lo entenderán perfectamente porque ellos necesitarán eso mismo poco después para poder hacer bien sus tareas. El compañerismo no sólo está en las cervezas después de la oficina.

#8 "Arrincona" tus llamadas de teléfono
Muchas de las llamadas que haces sabes que las tienes que hacer por adelantado. En lugar de salpicar todo tu día llamando ahora, luego, más tarde, concentra todas las llamadas que puedas en el mismo tramo del día (por ejemplo 30 min.) y haz una ronda de llamadas.

#9 Reduce y limita tus salidas
Hay personas (clientes, proveedores, compañeros…) que lo primero que te dicen para tratar cualquier tema es: "¿por qué no nos vemos y lo hablamos?". El teléfono, una videoconferencia… hay formas de tratar en remoto casi cualquier tema y son más respetuosas con tu tiempo que hacer una salida. Y si tienes que visitar a alguien, no lo hagas a media mañana o media tarde, o romperás por completo tu ritmo de trabajo.

#10 Cuenta y comunica tus rutinas
Que tus compañeros, colaboradores y clientes conozcan tus rutinas de trabajo. Cómo te organizas, cómo haces tus tareas, en qué momentos estás más concentrado… Comunicar eso hará que tú les des un servicio mejor, que colabores mejor, que trabajes mejor con ellos y para ellos. Anima al resto a que hagan lo mismo. (El problema es que casi nadie hace esto.)

#11 Reduce y limita tus reuniones
Cuando te convoquen a una reunión, pregúntate si procede, si tienes que asistir, si vas a aportar algo, si te va a aportar algo a ti. Si no es así, habla con el responsable para hacérselo saber. Dejarte liar por cualquier reunión es nocivo a corto y largo plazo (porque luego siempre va a más).

#12 Prepara tus reuniones
Si finalmente tienes que asistir, prepáralas. No vas de paseo al campo. Estás trabajando. A) Acuerda cuánto va a durar B) Averigua de qué se va a hablar C) Si tienes que aportar algo prepáralo D) A la salida ten muy clara tu próxima tarea.

#15 Acuerda "periodos de silencio"
Si con nuestros compañeros no nos cuesta hablar para organizar una cena de empresa, ¿por qué nos cuesta tanto organizarnos en el trabajo? Podéis acordar tener periodos de silencio, de tregua, de tranquilidad, donde TODOS podréis trabajar y rendir mejor. Al final todos pasáis por lo mismo y necesitáis soluciones comunes a un mismo problema: ruido+interrupciones.

#16 Recopila información online antes
Al preparar documentos, presentaciones, informes, estudios… es normal capturar información de Internet. El problema es que ahí, las posibilidades de distraernos se multiplican por mil. Recopila toda la información que puedas antes de empezar a teclear y te costará mucho menos terminar ese documento.

#17 Antes de empezar revisa tu Planificación
Un ejercicio que te llevará 5 minutos que te servirá para dos cosas: A) Asegurarte que lo que habías planificado para hoy es, en efecto, lo que debes hacer B) Visualizar el día que te espera y detectar las tareas más importantes. Es como el "trailer" de tu día de trabajo.

#18 Haz descansos frecuentes
Haz pausas y "descansos activos" entre tareas. Y eso significa hacer algo completamente distinto a lo que hacías (ponerte a chatear no es descansar). Aléjate de tu mesa, haz estiramientos, relájate, sal fuera… A partir de cierta hora no rindes más y mejor sino menos y peor. Hay que saber descansar bien para ofrecer calidad y agilidad.

#19 Utiliza la Técnica Pomodoro
Esta técnica en la práctica estimula tu concentración e intensidad. Puedes utilizarla de forma puntual (si tú o tus compañeros tienen un día demasiado "festivo") o de manera continuada, como tu forma de trabajo habitual.

#20 "No me pases llamadas, estoy fuera"
Si vas a necesitar una o dos horas para terminar una tarea importante, pide en recepción o a tus compañeros que no te pasen llamadas. Di que vas a salir fuera a una reunión (aunque sea mentira). Terminarás tu tarea (muy bien) y luego podrás devolver las llamadas cuando tú decidas. (Lo mismo aplicable a tu teléfono móvil, que debe estar en silencio y boca abajo. ¡El buzón de voz funciona de maravilla!)

#21 Combate al interruptor
Hay gente que nació para hacer gracietas, molestar, parlotear y no dar un palo al agua. Llevan la vagancia en su ADN. Sé tajante y expeditivo con ellos. Como te vean tibio o incluso interesado en sus chorradas, te utilizarán como público y no pararán de hacer visitas a tu mesa. Ser exigente con tu Productividad requiere mantenerse firme, tajante y hasta enérgico con esos interruptores. O eso, o te acribillarán y sufrirás.

#22 Aprovecha la hora de la comida
Haz todo lo posible por no comer en tu mesa de la oficina. Aun cuando te hayas llevado la comida de casa puedes salir fuera o encontrar algún rincón alejado de tu monitor. Si aprovechas bien esa 1-2 horas de la comida, puedes hacer más en tu día y recuperar fuerzas para afrontar lo que queda del día.

#23 Utiliza las tareas de baja intensidad
Si estás despistado, espeso o hay mucho ruido a tu alrededor puedes echar mano de ciertas tareas de baja intensidad productiva pero útiles al cabo. Algunos ejemplos que yo practico: ordenar-limpiar mi Evernote, actualizar mis filtros y reglas en Gmail, actualizar mis suscripciones en GReader, revisar estadísticas de visitas, seleccionar o guardar en PDF artículos de interés, etc.

#24 Planea el día siguiente por adelantado
Destina los últimos 15-20 minutos a elaborar la lista de tareas que vas a hacer mañana. De todo lo pendiente que hay por hacer qué se tiene que hacer mañana y qué tareas son las más importantes. Hacer esa "foto" por adelantado te ayuda a empezar con más ritmo e intensidad. (Es un fantástico —créeme— hábito que animo a todo el mundo a practicar.)

#25 Antes de marchar "resetea" todo
Dedica los últimos dos minutos a recoger y limpiar tu mesa. Será como el ritual que te ayudará a "resetear" toda la actividad del día. Y al día siguiente, cuando llegues para empezar, la visión de una mesa despejada y limpia te transmitirá más calma que otra cosa. El caos es divertido pero no funciona.


 
 

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domingo, 21 de noviembre de 2010

6 técnicas de Aikido para responder a los ataques verbales

 
 

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vía Un Cafelito a las Once - 1C11 de Aitor el 15/11/10

Tardas en leerlo de 6 a 10 minutos

"Herir a un oponente es herirse a uno mismo. Controlar la agresión sin causar heridas es el arte de la paz". Morihei Ueshiba, fundador del Aikido

Aikido By The Sea.

¿No sería genial usar los ataques personales para tu propio crecimiento?

Hay personas que tienen una especial capacidad para defenderse de los ataques verbales. Otras, sin embargo, nos quedamos sin palabras ante algo que nos ha molestado o símplemente no somos capaces de reaccionar como nos gustaría. Luego, ya más calmados, se nos vienen mil y una frases que podríamos haber dicho y que no hemos sido capaces de articular.

Es una situación muy común, tanto en el trabajo, como en nuestras relaciones personales de cualquier índole. Como en todo, hay gente con un talento natural para resolver estas situaciones, pero los demás también podemos aprender a solucionarlas aprendiendo ciertas técnicas.

El Aikido es un arte marcial que consiste en "la búsqueda de la armonización/ neutralización del contrario en situaciones de conflicto, dando lugar a la derrota del adversario sin lastimarlo, a menos de ser necesario; propiciando la educación del instinto propio, y la auto-reflexión / evolución del oponente. En lugar de destruirle o humillarle; buscando a su vez el propio el crecimiento personal" (Wikipedia).

¿No te parece una interesante idea de lidiar con los conflictos? ¿Se podría aplicar a nuestro día a día? Veamos cómo.

Hay 6 técnicas de Aikido que se aplican para responder a un ataque, y que también se pueden aplicar a responder a un ataque verbal:

  1. Contra-ataque. Es la más simple y la que se tiene que utilizar siempre como último recurso. Por ejemplo, Ofensa: "Pero mira que eres vago, no has recogido eso y esto está sin hacer". Respuesta: "¿Y tu?, tú si que eres vago que estás todo el día por ahí. Vete por ahí". Esta es la solución que primero se nos viene a la cabeza a cualquiera de nosotros. Sin embargo, hay otras 5 alternativas mucho más eficaces.
  2. Retirada. O el famoso, "una retirada a tiempo es una victoria". En este caso, Ofensa: "Pero mira que eres vago, no has recogido eso y esto está sin hacer". Respuesta: "Ahora mismo no tengo tiempo de hablar de esto. Estoy muy ocupado en X, Y, Z". Según el caso, y si ya sabes que tienes todas las de perder, puede ser una buena estrategia, aunque no hace sino retrasar la solución.
  3. Tregua. Ofensa: "Pero mira que eres vago, no has recogido eso y esto está sin hacer". Respuesta: "He estado muy agobiado últimamente. Quizá podamos acordar algo que nos ayude a ambos". Se trata de encontrar un acuerdo cuando la situación es complicada de manejar.
  4. No hacer nada. Ofensa: "Pero mira que eres vago, no has recogido eso y esto está sin hacer". Respuesta: "(silencio y esperar)". En ocasiones es muy claro que la ofensa no tiene ninguna razón de ser y es totalmente gratuita. En este caso "a palabras necias, oídos sordos". Lo bueno de esta técnica es que nos da tiempo a reflexionar sobre el porqué de la ofensa, y provoca que el que la ha hecho, se incomode ante nuestro silencio y trate de llenar el vacío. En muchos casos nos puede dar información útil sobre el motivo del ataque.
  5. Distracción. Ofensa: "Pero mira que eres vago, no has recogido eso y esto está sin hacer". Respuesta: "¿Sabes? Llevo todo el día con un dolor de cuello terrible." De nuevo, nos permite ganar tiempo, al mismo tiempo que provoca cierto desconcierto en el atacante. Si la distracción además va acompañada una buena excusa, el efecto puede ser demoledor.

Hasta aquí no hemos hecho nada más que posponer el problema o lo que es peor empeorarlo. Veamos la sexta alternativa.

Técnica de Aikido.

Alguien nos ataca personalmente y nosotros usamos su ataque para ver las cosas desde su punto de vista. Usamos su energía para girar con el y ponernos a mirar en la misma dirección. Ofensa: "Pero mira que eres vago, no has recogido eso y esto está sin hacer". Respuesta: "Estoy de acuerdo, no hay nada que moleste más que esperar que algo esté hecho y no lo esté, sobre todo cuando eso tenía que haberlo hecho yo. Entiendo perfectamente que estés enfadado". Esta es, en la gran mayoría de las ocasiones la mejor respuesta a un ataque verbal.

En general, muchos de los ataques verbales no son más que una petición de ayuda. La otra persona está disgustada por algo y lo expresa de una forma que nos puede resultar ofensiva. Con el Aiki, podemos ayudarles de forma que no nos sintamos atacados. Se trata de ver las cosas desde su punto de vista. Ojo, no se trata de estar de acuerdo porque sí, sino solo de tratar de ponerse en su lugar y entender lo que la otra persona siente. Tras una respuesta tipo Aiki, es muy posible que la otra persona perciba que su ataque no ha causado el efecto que esperaba. Es entonces cuando, dependiendo de quien lo haya hecho, debemos tratar de reconducir la situación. Podemos establecer contacto físico, o visual o acercarnos. Eso sí, lo importante es no sobreactuar. Ni que parezca que nos hemos leído una guía de autoayuda (porque eso no haría más que enfurecer aún más al otro) ni humillarnos diciendo lo malos que somos y que todo es culpa nuestra.

Por ejemplo: Ofensa "Pero mira que eres vago, no has recogido eso y esto está sin hacer". Respuesta, "Claro tu tenías esperanzas puestas en mi, y al no verse satisfechas, estás desarrollando una ira que realmente no se corresponde con lo que sientes y que estás usando para atacarme". La respuesta más normal a esto sería: "Mira, vete a tomar por culo y deja de leer chorradas".  Cuidado con sobreactuar.

Se trata de ver las cosas desde el punto de vista del otro, no de parecer condescendiente. Es difícil saber qué respuesta exacta dar, porque depende mucho de nuestro interlocutor, pero creo que queda clara la idea ¿no? Por supuesto, el Aiki no va a funcionar, a no ser que realmente queramos solucionar los problemas. Si lo único que queremos es jugar al despiste eso es una técnica de distracción y no Aiki.

¿Cuándo usar el Aiki? En general, la mayoría de las ocasiones son propicias para usarlo (como en una discusión de pareja), porque nos ofrecen una situación en la que los dos vamos a ganar. Tratar de ver las situaciones desde la perspectiva del otro es bueno, aunque no se esté de acuerdo con su punto de vista. Eso sí, si un ataque no se corresponde con nada objetivo, y solo busca hacer daño de forma gratuita, entonces habrá que sacar las uñas.

Uniendo la técnica Aiki y sabiendo expresar nuestras necesidades con una comunicación no violenta, tendremos dos armas muy poderosas para tratar de enfrentarnos a esas situaciones incómodas que se nos presentan con cierta frecuenta.

¿Cómo os defendéis de los ataques verbales? ¿Habéis usado o han usado con vosotros algo parecido al Aiki en alguna de vuestras discusiones?

Nota: Hay un libro titulado "COMO DEFENDERSE DE LOS ATAQUES VERBALES" (que no he leído) que os puede resultar interesante.

6 técnicas de Aikido para responder a los ataques verbales is a post from: Un Cafelito a las Once - 1C11

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