Enviado por Fon a través de Google Reader:
vía Habito|Zen de Facundo Arena el 1/02/11
Las reuniones de trabajo son un arma de doble filo. Son necesarias, pero también son una de las principales amenazas a la productividad en nuestro desempeño diario. Las reuniones son eventos que nos obligan a interrumpir nuestro flujo natural de actividad productiva, nos sacan de contexto y nos ponen en situación de tener que realizar un esfuerzo para luego poder retomar el ritmo natural de trabajo después. Como dije en un comienzo, las reuniones son necesarias, pero en 4 de cada 5 reuniones que duran más de 30 minutos, se podría haber llegado a la misma conclusión en solo 10 minutos si:- Cada uno de los asistentes llega a la reunión con una idea clara de lo que se va a debatir, y los diferentes caminos a tomar. Esto requiere una investigación previa que generalmente pocos realizan.
- Cada uno de los asistentes llega a la reunión con una postura abierta, dispuesto a escuchar a los demás y tomar en cuenta sus sugerencias para lograr llegar a una resolución democrática.
Como esto en general no sucede, debemos utilizar la Inteligencia Social para detectar cuando una reunión es, más que un evento productivo, un sinsentido. A continuación, algunos signos de "reuniones tóxicas":
- Cuando uno o más de los miembros de la reunión está más pendiente de la pantalla de su celular que de la cara de sus compañeros.
- Cuando uno o más de los miembros de la reunión ofrece más chistes y anécdotas que información de valor que aporte a llegar a una conclusión concreta.
- Cuando uno o más de los miembros de la reunión está obstinado en que su postura es la única opción válida, y su esmero en convencer al resto lo lleva a comunicarse en un tono que desmerece la opinión ajena.
- El tiempo típico de atención generalmente está entre los 15 y los 20 minutos. Si luego de ese tiempo no se llegó a una primer conclusión "guía", entonces estamos en problemas.
- Cuando la conversación se basa en conceptos demasiado abstractos. Mucha gente tiene la elocuencia suficiente para comunicarse en estos términos; pero al fin de cuentas lo que importan son las acciones concretas.
- Cuando se repiten sistemáticamente los siguientes signos en algunos de los miembros de la reunión: Caras de preocupación, bostezos, dibujos en el anotador, miradas perdidas y jugueteos con el teléfono celular.
En estos casos, está en el líder de la reunión en tomar la decisión de remontar la situación tratando de generar un incentivo que motive a las neuronas del resto a funcionar, o postergar la reunión para otro momento de mayor lucidez conjunta.
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