martes, 23 de noviembre de 2010

25 ideas prácticas para trabajar en la oficina

 
 

Enviado por Fon a través de Google Reader:

 
 

vía ThinkWasabi de Berto Pena el 15/11/10

Siempre que voy a una empresa o una organización a dar un seminario me encuentro con un problema similar: "Trabajar en esta oficina es un problema, no hay quien se concentre. Pasan las horas y no saco el trabajo adelante. Me falta tiempo".

Si lo piensas en frío 8 horas (que en teoría es lo que trabajamos) es una barbaridad de tiempo. Si pusiéramos sobre la mesa todo ese tiempo veríamos que hay de sobra para hacer nuestras tareas. Y mucho más. Así que, ¿dónde fallamos? Interrupciones, distracciones, mala utilización de los tiempos de trabajo, reuniones improductivas, malos hábitos digitales, pérdidas de tiempo online… La lista crece y crece.

El problema es que nos hemos hecho creer que toda la culpa la tiene nuestra oficina o nuestros compañeros. Nosotros poco o nada podemos hacer para mejorar nuestro rendimiento. Pues no, hay montones de gestos, trucos y técnicas que puedes poner en marcha para mejorar tu trabajo en la oficina (la mayoría valen para cualquier ocasión).

#1 No leas el Email a primera hora
Retrasa ese gesto 45 minutos y reserva ese privilegiado momento para concentrarte, hacer y terminar una de las dos o tres grandes tareas de tu día. Una tarea Clave.

#2 Pon un Inbox físico en tu mesa
Es un lugar donde irás poniendo todo el inevitable papeleo (informes, facturas…) que vas recibiendo o te dejan a lo largo del día. En lugar de abarrotar tu mesa lo arrinconas todo en esa caja o bandeja. Al final del día "procesas" y decides qué hacer con todo ese papeleo.

#3 Herramientas de captura siempre a mano
En cualquier momento va a surgir una idea, una tarea, un encargo, un contacto o algo que debes anotar. Si no utilizas una herramienta digital para capturar todo eso (tipo Evernote), ten siempre a mano un bloc de notas donde anotar rápidamente cualquier cosa. Siempre a mano pero a la vez escondido.

#4 "Arrincona" las tareas manuales
Destina los momentos de baja productividad o de mayor cansancio para las tareas manuales, mecánicas y monótonas. Procesar documentos, ordenar papeles, organizar carpetas y ficheros en tu ordenador, comprobar cifras… Hacer todo eso en tus horas de máxima productividad es un error.

#5 Destina momentos para la actividad online
Si en tu día tienes momentos fijos e inamovibles para tu actividad online (blogs, redes sociales…) es mucho más difícil que no sean una distracción. Ahora, si no hay un momento para todo eso entrarás y saldrás una y otra vez sin parar. Elige qué "ventana" del día es la mejor en función de tu carga de trabajo, energía y rendimiento. Por ejemplo: "la última media hora de la mañana me dedicaré a todo eso".

#6 Utiliza auriculares
Si puedes, hazlo. Puedes escuchar música relajante que estimule tu concentración o bien utilizar un generador de ruido blanco ( SimpleNoise, por ejemplo) que ayudarán a aislar ruidos exteriores. Y aun cuando no escuches nada los auriculares ahuyentan las ganas de interrumpirte que pueda tener algún compañero que pase a tu lado.

#7 Pide concentración a los que te rodean
Un gesto que no demasiada gente hace y que funciona. Antes de empezar una tarea importante reclama a tus compañeros una tregua y un poco de silencio. Lo entenderán perfectamente porque ellos necesitarán eso mismo poco después para poder hacer bien sus tareas. El compañerismo no sólo está en las cervezas después de la oficina.

#8 "Arrincona" tus llamadas de teléfono
Muchas de las llamadas que haces sabes que las tienes que hacer por adelantado. En lugar de salpicar todo tu día llamando ahora, luego, más tarde, concentra todas las llamadas que puedas en el mismo tramo del día (por ejemplo 30 min.) y haz una ronda de llamadas.

#9 Reduce y limita tus salidas
Hay personas (clientes, proveedores, compañeros…) que lo primero que te dicen para tratar cualquier tema es: "¿por qué no nos vemos y lo hablamos?". El teléfono, una videoconferencia… hay formas de tratar en remoto casi cualquier tema y son más respetuosas con tu tiempo que hacer una salida. Y si tienes que visitar a alguien, no lo hagas a media mañana o media tarde, o romperás por completo tu ritmo de trabajo.

#10 Cuenta y comunica tus rutinas
Que tus compañeros, colaboradores y clientes conozcan tus rutinas de trabajo. Cómo te organizas, cómo haces tus tareas, en qué momentos estás más concentrado… Comunicar eso hará que tú les des un servicio mejor, que colabores mejor, que trabajes mejor con ellos y para ellos. Anima al resto a que hagan lo mismo. (El problema es que casi nadie hace esto.)

#11 Reduce y limita tus reuniones
Cuando te convoquen a una reunión, pregúntate si procede, si tienes que asistir, si vas a aportar algo, si te va a aportar algo a ti. Si no es así, habla con el responsable para hacérselo saber. Dejarte liar por cualquier reunión es nocivo a corto y largo plazo (porque luego siempre va a más).

#12 Prepara tus reuniones
Si finalmente tienes que asistir, prepáralas. No vas de paseo al campo. Estás trabajando. A) Acuerda cuánto va a durar B) Averigua de qué se va a hablar C) Si tienes que aportar algo prepáralo D) A la salida ten muy clara tu próxima tarea.

#15 Acuerda "periodos de silencio"
Si con nuestros compañeros no nos cuesta hablar para organizar una cena de empresa, ¿por qué nos cuesta tanto organizarnos en el trabajo? Podéis acordar tener periodos de silencio, de tregua, de tranquilidad, donde TODOS podréis trabajar y rendir mejor. Al final todos pasáis por lo mismo y necesitáis soluciones comunes a un mismo problema: ruido+interrupciones.

#16 Recopila información online antes
Al preparar documentos, presentaciones, informes, estudios… es normal capturar información de Internet. El problema es que ahí, las posibilidades de distraernos se multiplican por mil. Recopila toda la información que puedas antes de empezar a teclear y te costará mucho menos terminar ese documento.

#17 Antes de empezar revisa tu Planificación
Un ejercicio que te llevará 5 minutos que te servirá para dos cosas: A) Asegurarte que lo que habías planificado para hoy es, en efecto, lo que debes hacer B) Visualizar el día que te espera y detectar las tareas más importantes. Es como el "trailer" de tu día de trabajo.

#18 Haz descansos frecuentes
Haz pausas y "descansos activos" entre tareas. Y eso significa hacer algo completamente distinto a lo que hacías (ponerte a chatear no es descansar). Aléjate de tu mesa, haz estiramientos, relájate, sal fuera… A partir de cierta hora no rindes más y mejor sino menos y peor. Hay que saber descansar bien para ofrecer calidad y agilidad.

#19 Utiliza la Técnica Pomodoro
Esta técnica en la práctica estimula tu concentración e intensidad. Puedes utilizarla de forma puntual (si tú o tus compañeros tienen un día demasiado "festivo") o de manera continuada, como tu forma de trabajo habitual.

#20 "No me pases llamadas, estoy fuera"
Si vas a necesitar una o dos horas para terminar una tarea importante, pide en recepción o a tus compañeros que no te pasen llamadas. Di que vas a salir fuera a una reunión (aunque sea mentira). Terminarás tu tarea (muy bien) y luego podrás devolver las llamadas cuando tú decidas. (Lo mismo aplicable a tu teléfono móvil, que debe estar en silencio y boca abajo. ¡El buzón de voz funciona de maravilla!)

#21 Combate al interruptor
Hay gente que nació para hacer gracietas, molestar, parlotear y no dar un palo al agua. Llevan la vagancia en su ADN. Sé tajante y expeditivo con ellos. Como te vean tibio o incluso interesado en sus chorradas, te utilizarán como público y no pararán de hacer visitas a tu mesa. Ser exigente con tu Productividad requiere mantenerse firme, tajante y hasta enérgico con esos interruptores. O eso, o te acribillarán y sufrirás.

#22 Aprovecha la hora de la comida
Haz todo lo posible por no comer en tu mesa de la oficina. Aun cuando te hayas llevado la comida de casa puedes salir fuera o encontrar algún rincón alejado de tu monitor. Si aprovechas bien esa 1-2 horas de la comida, puedes hacer más en tu día y recuperar fuerzas para afrontar lo que queda del día.

#23 Utiliza las tareas de baja intensidad
Si estás despistado, espeso o hay mucho ruido a tu alrededor puedes echar mano de ciertas tareas de baja intensidad productiva pero útiles al cabo. Algunos ejemplos que yo practico: ordenar-limpiar mi Evernote, actualizar mis filtros y reglas en Gmail, actualizar mis suscripciones en GReader, revisar estadísticas de visitas, seleccionar o guardar en PDF artículos de interés, etc.

#24 Planea el día siguiente por adelantado
Destina los últimos 15-20 minutos a elaborar la lista de tareas que vas a hacer mañana. De todo lo pendiente que hay por hacer qué se tiene que hacer mañana y qué tareas son las más importantes. Hacer esa "foto" por adelantado te ayuda a empezar con más ritmo e intensidad. (Es un fantástico —créeme— hábito que animo a todo el mundo a practicar.)

#25 Antes de marchar "resetea" todo
Dedica los últimos dos minutos a recoger y limpiar tu mesa. Será como el ritual que te ayudará a "resetear" toda la actividad del día. Y al día siguiente, cuando llegues para empezar, la visión de una mesa despejada y limpia te transmitirá más calma que otra cosa. El caos es divertido pero no funciona.


 
 

Cosas que puedes hacer desde aquí:

 
 

domingo, 21 de noviembre de 2010

6 técnicas de Aikido para responder a los ataques verbales

 
 

Enviado por Fon a través de Google Reader:

 
 

vía Un Cafelito a las Once - 1C11 de Aitor el 15/11/10

Tardas en leerlo de 6 a 10 minutos

"Herir a un oponente es herirse a uno mismo. Controlar la agresión sin causar heridas es el arte de la paz". Morihei Ueshiba, fundador del Aikido

Aikido By The Sea.

¿No sería genial usar los ataques personales para tu propio crecimiento?

Hay personas que tienen una especial capacidad para defenderse de los ataques verbales. Otras, sin embargo, nos quedamos sin palabras ante algo que nos ha molestado o símplemente no somos capaces de reaccionar como nos gustaría. Luego, ya más calmados, se nos vienen mil y una frases que podríamos haber dicho y que no hemos sido capaces de articular.

Es una situación muy común, tanto en el trabajo, como en nuestras relaciones personales de cualquier índole. Como en todo, hay gente con un talento natural para resolver estas situaciones, pero los demás también podemos aprender a solucionarlas aprendiendo ciertas técnicas.

El Aikido es un arte marcial que consiste en "la búsqueda de la armonización/ neutralización del contrario en situaciones de conflicto, dando lugar a la derrota del adversario sin lastimarlo, a menos de ser necesario; propiciando la educación del instinto propio, y la auto-reflexión / evolución del oponente. En lugar de destruirle o humillarle; buscando a su vez el propio el crecimiento personal" (Wikipedia).

¿No te parece una interesante idea de lidiar con los conflictos? ¿Se podría aplicar a nuestro día a día? Veamos cómo.

Hay 6 técnicas de Aikido que se aplican para responder a un ataque, y que también se pueden aplicar a responder a un ataque verbal:

  1. Contra-ataque. Es la más simple y la que se tiene que utilizar siempre como último recurso. Por ejemplo, Ofensa: "Pero mira que eres vago, no has recogido eso y esto está sin hacer". Respuesta: "¿Y tu?, tú si que eres vago que estás todo el día por ahí. Vete por ahí". Esta es la solución que primero se nos viene a la cabeza a cualquiera de nosotros. Sin embargo, hay otras 5 alternativas mucho más eficaces.
  2. Retirada. O el famoso, "una retirada a tiempo es una victoria". En este caso, Ofensa: "Pero mira que eres vago, no has recogido eso y esto está sin hacer". Respuesta: "Ahora mismo no tengo tiempo de hablar de esto. Estoy muy ocupado en X, Y, Z". Según el caso, y si ya sabes que tienes todas las de perder, puede ser una buena estrategia, aunque no hace sino retrasar la solución.
  3. Tregua. Ofensa: "Pero mira que eres vago, no has recogido eso y esto está sin hacer". Respuesta: "He estado muy agobiado últimamente. Quizá podamos acordar algo que nos ayude a ambos". Se trata de encontrar un acuerdo cuando la situación es complicada de manejar.
  4. No hacer nada. Ofensa: "Pero mira que eres vago, no has recogido eso y esto está sin hacer". Respuesta: "(silencio y esperar)". En ocasiones es muy claro que la ofensa no tiene ninguna razón de ser y es totalmente gratuita. En este caso "a palabras necias, oídos sordos". Lo bueno de esta técnica es que nos da tiempo a reflexionar sobre el porqué de la ofensa, y provoca que el que la ha hecho, se incomode ante nuestro silencio y trate de llenar el vacío. En muchos casos nos puede dar información útil sobre el motivo del ataque.
  5. Distracción. Ofensa: "Pero mira que eres vago, no has recogido eso y esto está sin hacer". Respuesta: "¿Sabes? Llevo todo el día con un dolor de cuello terrible." De nuevo, nos permite ganar tiempo, al mismo tiempo que provoca cierto desconcierto en el atacante. Si la distracción además va acompañada una buena excusa, el efecto puede ser demoledor.

Hasta aquí no hemos hecho nada más que posponer el problema o lo que es peor empeorarlo. Veamos la sexta alternativa.

Técnica de Aikido.

Alguien nos ataca personalmente y nosotros usamos su ataque para ver las cosas desde su punto de vista. Usamos su energía para girar con el y ponernos a mirar en la misma dirección. Ofensa: "Pero mira que eres vago, no has recogido eso y esto está sin hacer". Respuesta: "Estoy de acuerdo, no hay nada que moleste más que esperar que algo esté hecho y no lo esté, sobre todo cuando eso tenía que haberlo hecho yo. Entiendo perfectamente que estés enfadado". Esta es, en la gran mayoría de las ocasiones la mejor respuesta a un ataque verbal.

En general, muchos de los ataques verbales no son más que una petición de ayuda. La otra persona está disgustada por algo y lo expresa de una forma que nos puede resultar ofensiva. Con el Aiki, podemos ayudarles de forma que no nos sintamos atacados. Se trata de ver las cosas desde su punto de vista. Ojo, no se trata de estar de acuerdo porque sí, sino solo de tratar de ponerse en su lugar y entender lo que la otra persona siente. Tras una respuesta tipo Aiki, es muy posible que la otra persona perciba que su ataque no ha causado el efecto que esperaba. Es entonces cuando, dependiendo de quien lo haya hecho, debemos tratar de reconducir la situación. Podemos establecer contacto físico, o visual o acercarnos. Eso sí, lo importante es no sobreactuar. Ni que parezca que nos hemos leído una guía de autoayuda (porque eso no haría más que enfurecer aún más al otro) ni humillarnos diciendo lo malos que somos y que todo es culpa nuestra.

Por ejemplo: Ofensa "Pero mira que eres vago, no has recogido eso y esto está sin hacer". Respuesta, "Claro tu tenías esperanzas puestas en mi, y al no verse satisfechas, estás desarrollando una ira que realmente no se corresponde con lo que sientes y que estás usando para atacarme". La respuesta más normal a esto sería: "Mira, vete a tomar por culo y deja de leer chorradas".  Cuidado con sobreactuar.

Se trata de ver las cosas desde el punto de vista del otro, no de parecer condescendiente. Es difícil saber qué respuesta exacta dar, porque depende mucho de nuestro interlocutor, pero creo que queda clara la idea ¿no? Por supuesto, el Aiki no va a funcionar, a no ser que realmente queramos solucionar los problemas. Si lo único que queremos es jugar al despiste eso es una técnica de distracción y no Aiki.

¿Cuándo usar el Aiki? En general, la mayoría de las ocasiones son propicias para usarlo (como en una discusión de pareja), porque nos ofrecen una situación en la que los dos vamos a ganar. Tratar de ver las situaciones desde la perspectiva del otro es bueno, aunque no se esté de acuerdo con su punto de vista. Eso sí, si un ataque no se corresponde con nada objetivo, y solo busca hacer daño de forma gratuita, entonces habrá que sacar las uñas.

Uniendo la técnica Aiki y sabiendo expresar nuestras necesidades con una comunicación no violenta, tendremos dos armas muy poderosas para tratar de enfrentarnos a esas situaciones incómodas que se nos presentan con cierta frecuenta.

¿Cómo os defendéis de los ataques verbales? ¿Habéis usado o han usado con vosotros algo parecido al Aiki en alguna de vuestras discusiones?

Nota: Hay un libro titulado "COMO DEFENDERSE DE LOS ATAQUES VERBALES" (que no he leído) que os puede resultar interesante.

6 técnicas de Aikido para responder a los ataques verbales is a post from: Un Cafelito a las Once - 1C11

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